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06:45 lunes 10 septiembre, 2018
PLUMAS NACIONALESTLC: Algunas implicaciones
Es una guerra de tácticas y maniobras que al ciudadano común y corriente y a no pocos funcionarios nos traen (y seguirán trayendo) de cabeza. Ajústense el cinturón de seguridad, que este periodo continúa. Como dijo el presidente de Coparmex, De Hoyos, todavía no es tiempo de echar las campanas al vuelo sobre el acuerdo comercial renovado con Estados Unidos, faltando todavía a estas fechas muchos detalles, como por ejemplo que Canadá ya esté a bordo, que los Congresos de los diferentes países lo aprueben, posteriormente a las muy complicadas elecciones legislativas en nuestro vecino, pero emergen algunas señales no del todo atractivas, a pesar de la calma después de este período turbulento. Algunas de ellas son: 1.- Hace semanas escribí sobre tácticas y estrategias y, a mi entender, la táctica del Presidente norteamericano de negociar en una posición de fuerza, a veces rayana en amenazas, es la de debilitar a su contrincante y luego, poco a poco, ir cediendo hasta llegar a su objetivo inicial. Esto sucedió en la negociación pasada y hay que ver cuál será su desarrollo en los próximos meses. Se sabía de las presiones de los agricultores afectados en varios estados de ese país, de la avanzada sincronización regional en la producción y distribución de automóviles y su efecto global, con el enorme comercio entre los países involucrados y la fortaleza de este acuerdo (que ya no se va a llamar NAFTA porque ese nombrecito le cae gordo a nuestro vecino) ante otros bloques económicos, notablemente China y la Comunidad Europea. Es una guerra de tácticas y maniobras que al ciudadano común y corriente y a no pocos funcionarios nos traen (y seguirán trayendo) de cabeza. Ajústense el cinturón de seguridad, que este periodo continúa. 2.- Lo cierto es que el aumento de contenido de la industria automotriz de la región al 62.5% implica un enorme atractivo para que se instalen más fábricas de accesorios, autopartes y vehículos en la zona. Este asunto es, por lo menos para México, promisorio. 3.- Pero hay una falacia para nuestros vecinos, ya que no se debe pensar que se crearán muchos empleos nuevos o se recuperarán otros, sino desgraciadamente va a ser lo contrario que ya está sucediendo. Piensen en la automatización, las líneas robotizadas de ensamble y otras maravillas tecnológicas en general y verán que no regresaremos a la revolución industrial del siglo XIX que anhela el Presidente norteamericano sino a un escenario inédito. 4.- En México empezaría un difícil, pero importante reajuste del área de salarios para reducir los contrastes que vivimos, pero le cuelga para que lleguemos a salarios por hora de 320 pesos (16 dólares). Es un camino largo y requerimos más capacitación, menos demagogia y promesas incumplibles, pero es el salto a ser una potencia industrial con un fuerte sector laboral (y también empresarial). 5.- Lo que sí es real es que nuestra infraestructura portuaria y el proyecto transísmico (largamente planteado) se vuelven asuntos críticos igual que las carreteras, trenes y el cuestionado NAIM, entre otros. En fin, empezamos una nueva época, con graves rezagos e inseguridad, pero también oportunidades de crecimiento que nos deben beneficiar a todos. ¡Ojalá se logre! Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube