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07:14 miércoles 14 marzo, 2018
ColaboradoresEditorial EL UNIVERSAL / Reconstrucción indolente En 1985 las heridas que dejó el sismo del 19 de septiembre en la capital del país perduraron durante varias décadas; años después de la tragedia grupos de damnificados seguían demandando una vivienda digna; resulta difícil de creer, pero todavía a finales del año pasado se entregaron inmuebles a quienes resultaron afectados hace 32 años. La historia que se presenta este 2018, luego del terremoto del 19 de septiembre de 2017, no se encuentra muy alejada de aquella. Son épocas diferentes, con gobiernos y tecnologías diferentes, pero la lentitud parece ser la misma. A casi medio año de ocurrido el temblor, aún prevalecen edificios que carecen de dictaminación oficial sobre su futuro: reforzamiento o demolición. La reconstrucción va a marchas forzadas y sometida a cuestiones políticas. Información que hoy presenta EL UNIVERSAL destaca que hay 5 mil inmuebles que aún se deben dictaminar para conocer sus daños. Que de 422 escuelas con daños menores, menos de la mitad ha sido reparada. Para la asignación de recursos, con el fin de que el proceso fuera transparente y bajo la mirada ciudadana, se formó un comité de reconstrucción, que zozobró luego de que en el momento decisivo ninguna figura de la sociedad pudo intervenir. En un movimiento de último momento, la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, sin atender las recomendaciones de los integrantes de la Comisión de Reconstrucción, asignó casi 8 mil millones de pesos a 10 dependencias capitalinas. La acción ocasionó una desbandada en el comité de reconstrucción, y lo que al principio parecía una manera diferente de hacer las cosas terminó en la tradicional ruta de la imposición política. Mientras en la cúpula gubernamental aún se realizan sumas y restas para determinar la cantidad total para la reconstrucción, miles de familias continúan con una vida rota por lo que representó la pérdida de su patrimonio y la incertidumbre de si volverán a contar con él. Fuera del círculo de los damnificados, el tema queda con frecuencia sepultado por otros asuntos que dominan en la opinión pública. La carencia de lo elemental para miles que duermen a la intemperie, debajo de tiendas de campaña, no resulta prioridad para quienes tienen la obligación de responder ante la emergencia. Para lo anterior hay una definición: indolencia, que aplica para quienes no se afectan o conmueven. Si eso domina en tareas que deben ser de atención inmediata, poco se puede esperar para otras áreas de la vida pública.
Frentes Políticos I. Viva la paz. Sólo quienes pretenden azuzar el avispero piensan en un escenario agitado tras las elecciones. No será así. Por un lado, está la confianza de que el actual gobierno federal será respetuoso del proceso y de la decisión que tomen los mexicanos, como lo ha dicho el presidente Enrique Peña Nieto en varias ocasiones. Al gobierno, precisó, le corresponde garantizar la seguridad para que los mexicanos elijan de manera libre. Pero Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, ya marcó distancia. Aseveró que el instituto no es responsable de la paz pública en el país, por lo que deslindó a la autoridad electoral de crear condiciones de seguridad de cara a los comicios. “El INE es responsable de organizar elecciones, no de la seguridad ni de los candidatos ni de las condiciones de seguridad ni de paz pública”. No le saque. II. País del chantaje. La bancada panista, encabezada por Marko Cortés, acusa que Morena y el PRI buscan un auditor a modo. Refirió que se acordó aprobar al auditor si cumple con la mayoría calificada. “Si uno logra mayoría calificada será el nuevo auditor, si no, se repondrá el procedimiento”, señaló. Y abundó: “Nosotros hemos dicho que el auditor debe generar consenso con la sociedad organizada e interesada en el combate de la corrupción. No basta lograr la mayoría calificada en un nombramiento tan trascendente y en este momento en el que una de las prioridades de los mexicanos es el combate a la impunidad y a la corrupción”. Denunció que el PRI y Morena se unirán para designar a un “auditor carnal”, pero lo que en realidad parece es que, una vez más, utilizan los temas a debatir como moneda de cambio. III. Lo importante. Los candidatos a la Presidencia deben serenarse y en verdad ponerse, junto con sus equipos, a planificar el modelo de país que se requiere. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón, manifestó que el empresariado cree en la democracia mexicana, por lo que trabajará con cualquiera que gane la Presidencia, pero antes, dijo, necesitan presentar “su visión del futuro de México”. Desde el Senado manifestó que los empresarios necesitan seguridad en sus inversiones, empezando por respetar los contratos que hasta hoy hay sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México o los derivados de la Reforma Energética. “Es importante que continuemos en un camino que nos lleve a una gran inversión para México”, dijo ayer martes. Y tiene razón, si el nivel del discurso sigue a la baja habrá menos creyentes en la clase política. ¿Saben hacer algo más que descalificarse y burlarse de sus oponentes? IV. ¿Consentido? Por “vulnerar la equidad” de la contienda electoral se deberán bajar de redes sociales videos y comunicados donde aparezca Ricardo Anaya, el candidato presidencial panista. Ayer, la Comisión de Quejas y Denuncias del INE le concedió medidas cautelares y ordenó suspender la difusión de un spot del PRI en el que se acusa al panista de extorsionador, mentiroso, lavador de dinero y de vivir como millonario con un sueldo de servidor público. ¿Medida a tiempo o el spot habrá cumplido su función de echar más sal a la herida reputación de Anaya, quien, lejos de solventar las acusaciones, insiste en sus amenazas al gobierno federal? El tiempo dirá. Por lo pronto, Anaya pelea con el mentón debilitado. Habrá que ver si termina la pelea y espera la decisión de los electores, si no es que antes pierde por nocaut. ¿Despotricará también contra el INE que hoy lo consiente? V. Necio. Qué obsesión la de Donald Trump por la construcción del muro fronterizo, dizque para dar mayor seguridad a su país. Sabe que está equivocado, que ni con la valla detendrá la migración y menos el tráfico de drogas, mejor que frene el creciente consumo de enervantes en millones de estadunidenses y que ya deje de hacerse el desentendido del gran apoyo que dan la mayoría de hombres y mujeres, ilegales o no, a EU y contribuyen en su economía. Se le ocurrió ir a California, a la localidad de Otay Mesa, para supervisar los prototipos del muro, pero ahora el magnate quiere uno transparente, que se vean los movimientos del otro lado de la frontera, lo que ya no es de su incumbencia. Lo importante es que sus delirios ya no nos arredran.