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06:25 lunes 18 junio, 2018
ColaboradoresEditorial EL UNIVERSAL / Desmembrados en la avenida más importante de la CDMX Un oficial de la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX, cuya clave es Murciélago 3-1, fue el primero en atender el llamado que llegaba desde la base Apolo. Eran justo las 05:30 horas del día de ayer. Murciélago 3-1 se aproximó a Insurgentes y Flores Magón. Exactamente en el Puente de Nonoalco se encontró con el horror en estado puro. En la capital del país no se había visto algo semejante. Mucho menos en la avenida más importante: Insurgentes. Murciélago 3-1 reportó que “al arribar al lugar, se encontraban dos cuerpos desmembrados sobre el carril del Metrobús que corre hacia Insurgentes Sur”, así como en “los carriles del arroyo vehicular”. Los restos —divididos en unos 15 pedazos— se hallaban desperdigados. Componían uno de los cuadros más escalofriantes y siniestros que es dable imaginar. La imagen era tan brutal que muchas personas que luego miraron los restos en la red no lograron entender qué demonios estaban viendo. En poco tiempo, el Puente de Nonoalco era recorrido milímetro a milímetro por ministerios públicos, personal de servicios periciales, policías de investigación y más de 40 elementos de la SSP. Hallaron una narcomanta que anuncia: “Empezó la limpia mugrosos”, y afirma que los autores del asesinato cuentan con “todo el apoyo” de “la Policía de Garibaldi y los federales de López” (sic). La narcomanta va dirigida a un sujeto apodado El Tortas y al grupo criminal La Anti Unión Tepito. Nueve días antes, el 8 de junio, la Subsecretaría de Operación Policial Zona Norte informó que, prácticamente en el mismo sitio —Insurgentes 458, entre Geranio y Ricardo Flores Magón, colonia Atlampa—, se registraron “dos muertes por arma de fuego”. La alerta había sido enviada por el C2. Los elementos de la SSP informaron poco después: “Nos percatamos que se encontraba una camioneta pick up color gris rata marca Volkswagen Amarok… en la cual se observan dos cuerpos masculinos, con heridas sangrantes y en ambas puertas y cristales orificios por arma de fuego. De igual forma, curiosos refirieron que al fondo de la unidad habitacional se encontraba un tercer sujeto el cual había ingresado corriendo y presentaba una lesión… Se observa al exterior de la calle, en la banqueta, diversos cartuchos percutidos”. Las autoridades identificaron al primero de los muertos como Juan Iván Arenas Reyes, La Pulga, número dos del grupo criminal La Unión. Aunque Arenas Reyes portaba una credencial con otro nombre, el tatuaje que tenía en el antebrazo derecho permitió identificarlo. El segundo muerto era un hombre de 44 años que trabajaba para La Pulga como chofer. El herido, de 26 años, fue identificado como Alexis Martínez: se le trasladó a la Cruz Roja, sitio de donde, sorprendentemente, escapó horas después. Según la procuraduría, La Pulga era el jefe de sicarios de La Unión y brazo derecho de su líder, Roberto Moyado Esparza, El Betito. Su labor consistía en evitar la infiltración de otros grupos en las zonas que La Unión controla. Al mismo tiempo, La Pulga coordinaba a los jefes de célula que manejan el narcomenudeo y la extorsión en diversas colonias de las delegaciones Cuauhtémoc y Álvaro Obregón. Un video supuestamente entregado al entonces jefe delegacional, Ricardo Monreal, en julio de 2016, y realizado por miembros de una organización que dijo llamarse Fuerza Tepito, señaló, ya desde entonces, que La Pulga podía ser localizado en tres domicilios: uno de ellos se hallaba precisamente en Insurgentes Norte 458: la misma dirección en que Arenas Reyes fue acribillado dos años más tarde. El mismo video señalaba el nombre de funcionarios de la policía capitalina que supuestamente vendían protección al jefe de sicarios. A las puertas de la unidad habitacional era común hallar motos y motonetas (se dice que más de 30) empleadas para venta de droga y extorsión. Justo enfrente lanzaron los cuerpos destazados de dos personas, al menos una de las cuales, se determinó, tenía antecedentes penales. Ahí mismo colocaron el narcomensaje. La Unión Tepito se fracturó tras el asesinato, en 2017, de su fundador, Francisco Javier Hernández Gómez, Pancho Cayagua, por órdenes de Roberto Moyado, El Betito. Según las autoridades, los encargados de la ejecución fueron El Pulga y un sujeto apodado El Chaparro. Comenzó entonces una guerra por las calles. La misma que alcanzó el que hasta hoy es su minuto más violento en el Puente de Nonoalco. En la ciudad, la sucesión no solo es política, sino también criminal.
Frentes Políticos I. Victoria histórica. El partido de futbol de ayer tiene una excepcional lectura. A estas alturas de la contienda electoral, es claro que el resultado fortalece a todas las fuerzas políticas. Vencer al campeón mundial es oro molido para los coordinadores de campaña y para los mismos candidatos. Por ejemplo, ayer, antes del encuentro, Andrés Manuel López Obrador pronosticó que el equipo mexicano vencería al alemán en la Copa del Mundo; José Antonio Meade Kuribreña afirmó, ¿no qué no?, claro que se puede; y Ricardo Anaya Cortés celebró con ánimo inusitado el gol de México. El triunfo renueva las esperanzas; nada es imposible: ¡Ánimo, Bronco! II. Hablando de reputación. Ahora resulta que el célebre Santiago Nieto, exfiscal de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), quien realizó un papelón al ser cesado por revelar información ministerial, incurriendo en un delito por haber retado al gobierno federal, al mismo tiempo de retractarse por alguno que otro “lío” personal, se les fue de la nada a la yugular a los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). En cuestión de honorabilidad, se mete con Sansón a las patadas. El asesor advenedizo de la campaña de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) debería tener en cuenta que todavía hay niveles en lo que toca a legitimidad y reputación. Por cierto, usa información de Odebrecht para sus nuevos intereses. Otro abuso a su cuenta. III. Un nuevo en Pacho Viejo. Tras su desayuno dominical en un restaurante de la Ciudad de México, fue detenido Luis Ángel Bravo Contreras, el exfiscal de Veracruz acusado de desaparición forzada. El 13 de mayo pasado, el gobernador Miguel Ángel Yunes afirmó que las autoridades tienen pruebas que acreditan que Bravo ordenó a personal bajo su mando ocultar y alterar el hallazgo de 13 cuerpos de 19 encontrados en una fosa clandestina. Se le señala de entorpecer la investigación y apoyar a los criminales para que eludieran la acción de la justicia. Será ingresado a la prisión de Coatepec. Medalla para el gobernador Yunes. ¿Cuántas faltan? IV. Esto apenas comienza. Los hombres de 59 y 60 años implicados en la muerte de un bombero de la CDMX, el pasado 8 de junio, fueron vinculados a proceso. El juez calificó como legales las detenciones, les dictó como medida cautelar la prisión preventiva justificada y fijó un plazo de dos meses para cerrar la investigación complementaria. Demasiado tiempo si se toma en cuenta que en un video difundido a través de redes sociales, Javier García Salinas, el hombre asesinado, responsabiliza a Ismael Figueroa Flores, líder sindical de los bomberos, de cualquier incidente que le sucediera a él o a su familia. Y don Ismael va para diputado, con su respectivo fuero. V. Parando rumores. En redes sociales circulan hoy más que nunca cualquier cantidad de mentiras. Que si la fotografía de una manifestación no lo era y en realidad se trataba de un concierto de rock; cifras falsas incriminando a uno u otro candidato y la teoría de la conspiración acerca de que la tinta indeleble con la que se marcarán los votos el próximo primero de julio se borra. No es cierto. Lorenzo Córdova detuvo todos los rumores y realizó una prueba para demostrar que esto es completamente falso. Es imposible borrar los marcadores del INE. “Paremos la desinformación en las elecciones 2018 para tener un voto libre”. Que así se pudiera confiar también en la autoridad electoral.