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06:25 martes 24 abril, 2018
ColaboradoresEditorial EL UNIVERSAL / Nuestra democracia evoluciona El debate presidencial del pasado domingo 22 de abril fue la primera aduana rumbo a la elección presidencial del próximo 1 de julio; este evento refleja el crecimiento de la democracia mexicana en las últimas décadas. Los candidatos que aspiran a la Presidencia de México contrastaron ideas, proyectos, propuestas y ataques personales, en un ejercicio distinto a la tradición electoral de nuestro país. Qué lejano parece el primer debate presidencial, ocurrido en mayo de 1994, a partir del cual se instauró formalmente esta figura democrática en los calendarios electorales. La virtud del ejercicio del domingo pasado, no obstante, radicó en la flexibilidad para que los contendientes pudieran intercambiar posturas de forma más abierta. Al evaluar los debates presidenciales ocurridos desde el primero y hasta el más reciente, es notoria la evolución de los ejercicios en sí mismos, pero también de lo que aportan a los votantes. Previo a la realización del primer debate presidencial de este año, el Instituto Nacional Electoral (INE) se comprometió a diseñar un formato que permitiera mayor acceso de los votantes a los candidatos. Al ver lo ocurrido el domingo, el objetivo se cumplió. Durante el evento fue evidente que las reglas del debate posibilitaron intercambios abiertos, directos, entre moderadores y candidatos. Por donde se vea, el primer debate presidencial de 2018 marca una pauta en la trayectoria de la consolidación democrática en México. Nuestra cultura del diálogo es un elemento necesario para que la deliberación pública sea efectiva. De este modo, los siguientes ejercicios deben estar en sintonía con lo conseguido hasta ahora. Hay que hacer más clara y fluida la incorporación de las inquietudes ciudadanas en el ejercicio. Los debates entre candidatos durante un proceso electoral son espacios que tiene la ciudadanía para conocerles de otra manera, más allá de los spots y de los actos de campaña. Es a través de estos ejercicios, de la confrontación ordenada y civilizada, como los aspirantes son puestos a prueba para demostrar su talante a los ojos del electorado. Bajo estos criterios, la innovación en torno a los formatos es una tarea inacabada. Sobre el contenido, es necesario insistir en que los candidatos aporten más en contenido sustantivo y de valor para los votantes. Es cierto que el domingo anterior se tuvo un espacio de intercambio de ideas y propuestas, pero también se priorizaron ataques personales como parte de las estrategias electorales. En el contexto actual, la ciudadanía demanda especial atención y cuidado en los proyectos que quieren implementar para el país aquellos que aspiran a gobernarlo. Con todo, el primer debate presidencial habla de que la consolidación democrática de México está en marcha. Enhorabuena.
Frentes Políticos I. ¿Inalcanzable? Sus contrincantes no han podido mover a Andrés Manuel López Obrador de las preferencias electorales. En el tema de los tres departamentos que dijeron posee, AMLO respondió a José Antonio Meade que si existían a su nombre, se los regalaba. Después afirmó que pertenecen a sus hijos. El académico John Ackerman aseveró: “Este debate no presentó ninguna sorpresa. La existencia de unos departamentos que ya han sido aclarados e incluso desmentidos por The Wall Street Journal, y no hay nada ahí. Andrés Manuel es lo que es y se presenta con honestidad”. Lo intentan todo y no lo bajan. Es un acorazado. ¿Qué sigue? II. Multiconveniencias. Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva militó en el PRI desde su adolescencia y cuando su buena estrella lo abandonó en la búsqueda por la candidatura al Senado, ya fuese por mayoría o por representación proporcional, se cambió de partido. El ahora candidato a senador por Oaxaca, vía la coalición Por México al Frente (PAN-PRD-MC), apuesta a ganar. Ayer se filtraron fotografías de una reunión en donde trasciende que don Héctor Pablo, viejo lobo de mar, se rige con la estrategia de no atacar a Morena, pues en Oaxaca, en las pasadas elecciones presidenciales de 2012, ganó la izquierda. ¿Cinismo o experiencia? III. El rey del sombrero ajeno. Muy feliz y orgulloso está el gobernador de San Luis Potosí, Juan Manuel Carreras, quien presume que fue a Europa por un cúmulo de inversiones. Presume en sus redes sociales que Hannover Messe, la más importante feria de tecnología en el mundo, coloca a San Luis Potosí como referente mundial en la industria de manufactura, “la cual es pilar del crecimiento económico estatal”. ¿En serio? Que no se olvide que sólo es parte de la comitiva del Presidente de México. El gobernador le sale caro al estado. Habría que indagar cuánto gastó en este viaje y sumarlo a los 50 millones 296 mil pesos que según la Cuenta Pública presentada al Congreso estatal Carreras ha gastado para promover su imagen. Qué pena, tanto dinero y tirado a la basura. IV. Silencio cómplice. El mundo se le debe estar derrumbando a Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco, pues los tres estudiantes de cine desaparecidos en Tonalá fueron asesinados y disueltos en ácido. La conmoción es general. La juventud de este país no tardará en alzar la voz a nivel nacional como ya lo hizo en el estado. La corrupción y la colusión están haciendo de Jalisco un estado de pesadilla. Lo más lamentable es que el gobernador no da la cara a la sociedad y se hunda en el silencio. La gestión de Sandoval habla por sí misma ante el cúmulo de pifias que se han dado. V. Hermandad total. En Cuba José Narro Robles, secretario de Salud, encabezó a la delegación mexicana asistente al encuentro bilateral con el ministro de Salud de la isla, Rodolfo Morales, consciente de que el sistema de salud cubano ha mostrado permanente solidaridad con México, lo cual, dijo, quedó de manifiesto tras los sismos de septiembre pasado, cuando el contingente médico internacionalista Henry Reeve atendió a la población afectada en la región del Istmo. En el marco de la Convención Internacional de Salud 2018, Narro Robles aseguró que la cercanía entre nuestros países hoy da enormes posibilidades de trabajar por la salud de nuestras sociedades. Lo acontecido demuestra con hechos que los cubanos y mexicanos tienen una visión integradora, pero sobre todo de humanidad. Es claro que tanto Cuba como México demostraron su buena relación. Ni más, ni menos.