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06:39 miércoles 5 septiembre, 2018
ColaboradoresEditorial EL UNIVERSAL / Se busca Congreso de altura
En la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2017 realizada por el Inegi, las instituciones con peores índices de confianza entre la población fueron los partidos políticos (último lugar) y las Cámaras de Diputados y Senadores (penúltimo sitio). Menos de 20% de los consultados los consideraron dignos de crédito. La percepción no es gratuita. Con frecuencia el Congreso se ha convertido en un freno para iniciativas que pueden ayudar a mejorar la vida cotidiana de millones de mexicanos. La LXIII Legislatura, que concluyó sus sesiones ordinarias el 30 de abril, dejó un cúmulo de pendientes; entre ellos, los nombramientos de los fiscales General y Anticorrupción, de los 18 magistrados del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), que sancionarán las faltas graves administrativas en temas de corrupción, las reformas a la Ley Federal del Trabajo en materia de justicia laboral y el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares. También ha contribuido al rechazo ciudadano el dispendio y la opacidad en el uso de recursos que ha caracterizado al Congreso de la Unión, así como su distanciamiento con las necesidades apremiantes de la mayoría de los ciudadanos. El sábado pasado arrancó sesiones una nueva Legislatura, surgida de un movimiento que obtuvo un triunfo arrollador en las urnas, producto de la promesa de que las cosas se harán de manera diferente desde el poder. Sin embargo, el ambiente de confrontación, desorden y protestas en que dio inicio obligó a que incluso el presidente electo hiciera un día después un llamado a la armonía y a la necesidad de llegar a los acuerdos que el país requiere para lograr la reconciliación nacional. La conducción de Porfirio Muñoz Ledo en las sesiones en la Cámara de Diputados ha propiciado que los ánimos no avancen a un mayor nivel, aunque haya tenido que atemperar los ánimos de sus huestes recordándoles que es “la hora de la reconstrucción nacional, no de una democracia colérica”. Se empiezan a ver intenciones para terminar con el despilfarro, pero lo primordial será el compromiso cotidiano de revertir por medio de sus dichos y sus actos la reprobación ciudadana. Ayer, por ejemplo, el Senado inició trabajos con 43 legisladores ausentes y la Cámara sin la presencia de 153 diputados; si eso ocurre en las primeras sesiones, no se vaticina una gran diferencia con legislaturas previas. A este país le urgen legisladores que devuelvan la dignidad al Congreso. Si no se logra en esta generación, se habrá perdido quizá la última oportunidad de enmendar el camino.
Frentes Políticos I. Preocupante. Ayer, Manuel Velasco hizo lo que quiso con el H. Congreso de la Unión, con los morenistas, con la Constitución y con la cuarta transformación. Pidió licencia para regresar a gobernar Chiapas hasta el 8 de diciembre, pasando por encima de la ley, que impide a un mexicano asumir dos cargos de elección popular al mismo tiempo. En una primera votación, el Senado la rechazó, pero, horas más tarde, rompiendo todas las reglas, Velasco insistió en su petición y, tras ríspidos debates, doblegó a los legisladores, quienes aprobaron su berrinche. El “más de lo mismo” sigue siendo marca registrada en México. Nunca, “recular”, tuvo un sentido tan literal. II. Correctivo. A sus 80 años, Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, tiene la energía para poner en su lugar Gerardo Fernández Noroña. “No permitiré que usted ponga desorden en esta Cámara”, le advirtió Muñoz Ledo al diputado del Partido del Trabajo, luego de que éste exigió, a gritos, como acostumbra, el uso de la palabra y le fue negada porque no aceptó la moción de orden. Porfirio ordenó que se le quitara el sonido. Aclaró que no aceptaba la moción de orden porque no hubo desorden. “A no ser que usted quiera provocarlo, lo que no permitiré”, recalcó. Noroña, al fin, topó con pared. III. Reacción. Enrique Graue, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reconoció la participación de porros en la agresión a estudiantes del CCH Azcapotzalco en la explanada de Rectoría. Reprobó los hechos de violencia tras los cuales resultaron heridos de gravedad dos estudiantes, Emilio Aguilar Sánchez, alumno de la Preparatoria 6, y Joel Meza García, de la Facultad de Filosofía y Letras, además de muchos más lesionados. Gracias a las redes sociales se identificó a los agresores y el rector firmó la expulsión definitiva de 18 alumnos. La máxima autoridad universitaria ya reaccionó, ¿y la autoridad capitalina, se va a quedar callada? Expulsión y cárcel es lo que merecen. IV. Alerta Amber. Otro de los estados cuya descomposición es inocultable es San Luis Potosí. El mandatario Juan Manuel Carreras perdió la brújula. Además de entrometerse en el proceso electoral de Tamazunchale, lo que sus gobernados le siguen reclamando, tiene al estado en la zozobra, aunque dice que él “camina en paz”. La Fiscalía de San Luis Potosí activó la Alerta Amber para localizar a la bebé Mya Fernanda Reynaga Parra, de 11 meses, a quien robaron junto con su abuela, Macarena Márquez, y quien apareció muerta. “Y se considera que la integridad de la bebé pudiera encontrarse en riesgo”, dijeron. ¿Así o más… ingenuos? V. Vástago incómodo. Gracias a las arbitrariedades de su hijo, el exministro Noé Castañón León pagará las anomalías que arrastra. Noé Fernando Castañón Ramírez, senador electo de Chiapas, está acusado de violencia intrafamiliar por arrebatarle a su exesposa, Mayté López García, a sus hijos. Las travesuras de su pequeño son su perdición. De un momento a otro se revelará la lista de familiares que el exministro metió al Poder Judicial de la Federación y cuyos ascensos han sido producto del influyentismo del padre del hoy senador prófugo. En política no hay nada peor que una familia todopoderosa venida a menos. Y este derrumbe apenas comienza. En aras de la transparencia y la buena relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, se ve como una buena señal. Ojalá y así sea.