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De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), para el 2030 más de 80% de la población vivirá en ciudades. América Latina es la región más urbanizada del planeta, pero también la que presenta la mayor desigualdad, aunado a los problemas en el crecimiento urbano han provocado otros efectos como la fragmentación urbana, segregación y dispersión de la población
02:06 viernes 17 julio, 2020
VIRALESDe acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), para el 2030 más de 80% de la población vivirá en ciudades. América Latina es la región más urbanizada del planeta, pero también la que presenta la mayor desigualdad, aunado a los problemas en el crecimiento urbano han provocado otros efectos como la fragmentación urbana, segregación y dispersión de la población. Ahora con la Emergencia Sanitaria, las ciudades enfrentan grandes retos, tres de los 5 países con mayor cantidad de casos registrados se encuentran en la región. En América Latina existen 600 ciudades consideradas las más pobladas del mundo, que en conjunto albergan cerca de mil quinientos millones de personas, esto representa más de 20% de la población mundial. Así las ciudades más grandes, las globales y ahora con mayor cantidad de casos, se están convirtiendo en el referente para los estudios urbanos. Las ciudades tendrán que desarrollar nuevas capacidades para conjuntar resiliencia por el COVID, competitividad para reactivarse, seguridad y salud con el propósito de mantener a su población sana; a la par de generar activos económicos, tecnológicos y sociales, con amplia influencia en el desarrollo urbano, tal es el caso de la industria, el desarrollo de software o las tecnologías y más recientemente el conocimiento. Con estas ideas –resiliencia, competitividad y sostenibilidad sanitaria-, la ciudad del futuro debe equilibrar estos tres elementos en beneficio de su población, es decir logar un incremento homogéneo de su población y superficie urbana, a la vez que desarrollan capacidades para salir de las graves crisis de salud y la movilidad, generan nuevas formas de acceso a energía, agua, o actividades de alto valor agregado mediante estrategias de conectividad, accesibilidad y conservación del patrimonio urbano. La emergencia sanitaria se puede entender como una tercera reforma urbana de este siglo -en apenas veinte años-, después de la globalización y el uso intensivo de las tecnologías. Con estos tres elementos, es posible que hacia el 2030 pueda existir una reestructuración tanto de actividades, como de las grandes ciudades. Tal parece que las mismas ciudades y economías ya no dominarán y surgirán otras, al menos eso podría suceder en 200 de las 600 ciudades más pobladas, la región de Asia está cobrando más importancia posiblemente que las ciudades de los Estados Unidos, según CEPAL; únicamente 8 ciudades latinoamericanas tienen oportunidad en esta reestructuración. Las mejores ciudades para vivir serán aquellas que logren resolver los problemas de salud y movilidad, sustentabilidad ambiental, energía, comunicación digital y gobernabilidad. Es importante subrayar que las respuestas no deberán provenir exclusivamente del sector público, urbanistas o desarrolladores inmobiliarios, en la ciudad moderna, las sinergias y redes de colaboración –gobierno, academia, empresa, sociedad- podrían ser el principal instrumento de gestión urbana, así como factor de integración y continuidad con perspectiva global, a largo plazo y basada en la utilización del conocimiento.