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Elaborar pan, requiere de una técnica bien trabajada, de una enorme destreza. Su preparación implica temple y paciencia, pero también precisión. Cuando parece que todo va viento en popa, basta un error de calculo para que el pan termine con un sabor tan agrio que lo vuelva un verdadero fracaso y todo lo elaborado tendrá que ser tirado a la basura y comenzar de nuevo el proceso de elaboración
08:18 miércoles 26 agosto, 2020
EN LA OPINIÓN DE HERNÁN BEJARANOElaborar pan, requiere de una técnica bien trabajada, de una enorme destreza. Su preparación implica temple y paciencia, pero también precisión. Cuando parece que todo va viento en popa, basta un error de calculo para que el pan termine con un sabor tan agrio que lo vuelva un verdadero fracaso y todo lo elaborado tendrá que ser tirado a la basura y comenzar de nuevo el proceso de elaboración En ese riesgo se encuentra el Partido Acción Nacional (PAN) en San Luis Potosí. La última vez que el PAN tuvo en sus manos la gubernatura del estado fue en el periodo de 2003 a 2009 con Marcelo de los Santos Fraga. Al término del sexenio del priista Fernando Silva, el tricolor se encontraba muy desprestigiado, el hartazgo a nivel nacional le había abierto la puerta a la alternancia y justo había favorecido en el 2000 a Vicente Fox Quesada, el presidente que sacó al PRI de Los Pinos y que llegó a la silla bajo el emblema del blanquiazul. Todo era favorable para que el PAN se apropiara del gobierno local y así fue, en ese entonces el blanquiazul logró la gubernatura, la alcaldía de la capital y una representación muy importante en el Congreso del Estado. El PAN, acostumbrado a ser oposición, se había convertido en gobierno y pasó lo que tenía que pasar, la ambición se apoderó del partido. Si bien, Marcelo de los Santos es recordado por el crecimiento económico y la infraestructura que se generó durante su sexenio, también se recuerda su intolerancia a la crítica y el cuestionamiento, su gobierno ha quedado marcado por el manejo discrecional del recurso, tal y como sucedió con el crédito de los mil 500 millones de pesos, que el mismo De los Santos ha reconocido que no usó para lo que originalmente lo había pedido, en un claro acto violatorio de la normatividad. Pero lo que sacó al PAN del Gobierno del Estado de San Luis Potosí, no fueron los señalamientos de corrupción, no fue la oposición, fue el mismo PAN. Era de todos sabido que el candidato del PAN, Alejandro Zapata, no era el candidato de su gobernador panista Marcelo de los Santos, quien decidió ungir a su Secretario de Salud, Fernando Toranzo, quien se convirtió en candidato del PRI y luego de la elección, en su sucesor. El PAN se había fracturado, vinieron renuncias de panistas distinguidos, de fundadores del partido, quienes rompieron sus credenciales frente a los medios. Las corrientes al interior de ese partido se habían polarizado y el resultado se notó en las urnas. Al paso del tiempo esas diferencias no se han salvado, la herida no ha cicatrizado, la ambición desmedida de sus dirigencias sigue siendo el factor que fermenta de más y agria el PAN, a diferencia de lo que ha sucedido con las dirigencias panistas de otros estados que si han sabido construir. Los dirigentes estatales panistas en San Luis Potosí se convirtieron y aún ahora son negociadores de puestos, acomodadores de su futuro y de los suyos, usando al partido sólo como un medio para garantizarse un lugar cómodo, acorde a sus aspiraciones económicas y no han trabajado para definir un rumbo con visión de futuro para SLP. La esperanza llegó del exterior en 2018, cuando el PAN fue capaz de hacer un recuento de daños, fue realista y tuvo que aceptar que su mejor estrategia no era apostar por la antigüedad de sus militantes y por encima de los perfiles panistas decidió abanderar al, en un primer momento independiente, Xavier Nava Palacios, para arrebatarle la alcaldía de la capital a Ricardo Gallardo, entonces gobernante bajo el emblema del PRD, al que todos daban por ganador. Aunque la decisión era la que le daba mas posibilidades al PAN de ganar la alcaldía, el manejo fue torpe, errático y sumó heridas. Hoy, desde el poder de la alcaldía capitalina y ante una oposición francamente pulverizada, el PAN tiene buenas posibilidades de llegar a la gubernatura del estado, si no se desgarra a si mismo antes del proceso electoral, y entiende que las heridas deben ser cicatrizadas con precisión quirúrgica, si es que realmente aspira a recuperar la confianza de ciudadanos
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Un papel fundamental lo juegan los alcaldes, la iniciativa privada y grupos sociales, que tendrán que decidir por quién van a apostar rumbo al 2021, quién representa la mejor opción para nuestro estado. El PAN no debe olvidar que al final la percepción se vuelve realidad y solo un partido unido podrá sumar fuerzas externas rumbo a la elección. Los pleitos ya comenzaron, son muchos los tiradores, aunque no todos buscan la candidatura, algunos van a medirse, otros a negociar, alguno no entiende ni qué hace ahí o por qué lo subieron, pero al menos 4 están convencidos de que la merecen y eso va a traerle problemas al PAN que tiene una base militante que no le garantiza por si un triunfo, pero que de restarla si le garantiza el fracaso. La dirigencia nacional de su partido ya los sentó a la mesa y les mostró el panorama, sus posibilidades las conocen, pero eso no garantiza que les haya quedado claro. Si así fuera, solo dos quedarían en la mesa. Algunos se quedarán en la negociación hasta el final, buscando puestos garantizados para si y los suyos, otros simplemente no aterrizan o han generado tantos compromisos que seguirán dando patadas de ahogado, para otros este es el ultimo tren y eso hará que la batalla sea intensa y se corre el riesgo de que la amargura resultante de quienes no queden conformes con los resultados de la elección interna, termine agriando al PAN y constándole la elección, entregando el poder a alguien que no será electo como tal por la preferencia ciudadana, sino favorecido por el río revuelto. Se requiere trabajo fino al interior del PAN, precisión, paciencia, calculo y cabeza fría, tienen que entender lo que está en juego, no sólo para el partido, sino para el futuro de San Luis Potosí. Si las cosas se hacen bien al interior, es muy probable que el PAN logre negociar con partidos que se dan por perdidos y convertir su apuesta en una súper candidatura. Ya veremos si los panistas, aspirantes y grupos internos tienen la madurez y voluntad para tomar buenas decisiones, para escuchar la voz de los panistas pero también de los ciudadanos que merecen decidir quienes aparecen en las boletas como opciones de gobierno, es por eso que el panadero debe tomar desiciones rápidas y precisas para evitar se le vaya agriar el PAN.