La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) determinó quitar el estímulo fiscal que otorgaba a los consumidores que compran gasolina de bajo octanaje, tal como lo hizo hace poco más de un mes con la de alto octanaje, ante los menores precios que registran esos combustibles en los mercados internacionales, lo que le permite incrementar la recaudación por el cobro de ese impuesto sin impactar los precios que pagan los consumidores. El estímulo fiscal que daba Hacienda y Crédito Público es básicamente lo que el gobierno dejaba de recaudar por el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, o IEPS, para evitar fluctuaciones bruscas en los precios que pagaban los consumidores. Cada semana, la dependencia anuncia el nivel de dicho estímulo, lo que permite una operación más ordenada de las cotizaciones de esos combustibles. Ahora, ante el reciente fin del estímulo para la compra del combustible popularmente conocido como Magna y que es la de mayor consumo en el país, el gobierno cobrará 4.59 pesos por cada litro de gasolina de bajo octanaje o 30 centavos más con respecto al cobro de la semana pasada, tal como estaba planeado desde el presupuesto de ingresos de este año. Este ajuste iguala el cambio que Hacienda dictó hace un mes, cuando retiró el estímulo a las gasolinas de alto octanaje o antes conocida como Premium, aunque las autoridades financieras del país han dicho que el cambio no debería propiciar un incremento del valor de los combustibles que compran los consumidores. En el caso de la gasolina Premium seguirá cobrándose un IEPS de 3.88 pesos por litro. No obstante, para el diésel, la Secretaría de Hacienda todavía mantiene el esquema de recaudación y cobrará 3.64 pesos de IEPS por cada litro, 52 centavos de peso más que esta semana, pero 1.4 pesos menos de lo que debería recaudar. --

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