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Más de 500 bomberos luchaban por la noche contra las llamas que acabaron con al menos dos tercios de la cubierta y provocaron el desplome de la aguja del templo
19:37 lunes 15 abril, 2019
MundoCIUDAD DE MÉXICO.- El grave incendio que desde la tarde del lunes consume la catedral parisina de Notre Dame conmocionó al mundo, que no cesa de lamentar con estupor el suceso acaecido a un templo símbolo de París, de Francia, su historia y del mundo católico. Más de 500 bomberos luchaban por la noche contra las llamas que acabaron con al menos dos tercios de la cubierta y provocaron el desplome de la aguja del templo, el monumento más visitado en Francia y una de las obras maestras del arte gótico con sus más de ochocientos años de historia. Las dos torres del pórtico se han salvado del fuego, originado por causas desconocidas en el tejado que estaba en restauración, así como las reliquias que atesoraba el templo. A medianoche el gobierno francés destacó que la estructura de la catedral "puede haberse salvado" debido al enfriamiento reciente, pero se mostró cauto y prudente ante el devenir de la noche y los trabajos de extinción de este templo construido en 1272.
El presidente galo, Emmanuel Macron, desde los alrededores de Notre Dame consideró que "lo peor se ha evitado" en el incendio, aunque recordó que "la batalla todavía no se ha ganado totalmente" y proclamó que quería reconstruir la catedral "todos juntos". Las iglesias cristianas en Tierra Santa manifestaron que rezan por la catedral y expresaron su "solidaridad con la Iglesia en Francia, especialmente durante la Semana Santa (...) y deseamos lo mejor a esta Iglesia y a sus fieles", señaló el asesor de líderes de la Iglesia en Tierra Santa, Wadie Abunassar. El Vaticano ha recibido con "incredulidad y tristeza" la noticia del "terrible" incendio. El portavoz interino de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, mostró la "cercanía" del Vaticano a los católicos franceses y a los parisinos y aseguró oraciones por los bomberos y todos aquellos que se esfuercen en "hacer lo posible para afrontar esta dramática situación", concluye el comunicado. Qué triste espectáculo. Qué horror. Comparto la emoción de la nación francesa, que también es la nuestra", dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien recordó que Notre Dame pertenece a toda la humanidad. "Ha inspirado a tantos escritores, tantos pintores, tantos filósofos, a tantos visitantes venidos de todas partes", consideró.
La primera ministra británica, Theresa May, mostró su apoyo a Francia: "Mis pensamientos esta noche están con las personas de Francia y con los servicios de emergencias que luchan contra el terrible incendio en la catedral de Notre Dame". Al igual que la canciller alemana, Angela Merkel: "Estoy apenada por esas terribles imágenes", dijo en un mensaje difundido a través de la cuenta en Twitter de su portavoz, Steffen Seibert. El rey de España, Felipe VI, se mostró seguro de que la catedral parisina "resurgirá de sus cenizas": "El pueblo francés la reconstruirá, la levantará sin duda de nuevo. Y estaremos ahí; el mundo entero está y estará con Francia. La catedral de Nôtre Dame resurgirá de sus cenizas", tuiteó el monarca. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, también utilizó las redes sociales para mostrarse compungido: "Es una triste noticia para nuestra historia y nuestro patrimonio cultural universal". Al otro lado del Atlántico, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a sugerir el empleo de aviones cisterna para apagar las llamas de Notre Dame, según dijo en su recurrida cuenta de redes sociales. Tan terrible ver el inmenso incendio en la catedral de Notre Dame en París. A lo mejor, se podrían emplear aviones cisterna para apagarlo ¡Hay que actuar rápido!", escribió. Sugerencia que no gustó mucho a las autoridades en París, que a través del secretario de Estado francés del Interior, Laurent Nunez, rechazaron las críticas recibidas por las redes sociales a tal respecto. "El lanzamiento de agua desde el aire habría sido extremadamente peligroso", aseguró. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó de "desgracia para el arte, la cultura y la religión" el voraz incendio de Notre Dame", y a través de su canciller, Marcelo Ebrad, transmitió la solidaridad del pueblo mexicano con Francia además de poner "su apoyo y conocimientos para la reconstrucción que habrá de venir". Una multitud de parisinos y turistas estupefactos, algunos de ellos llorando y otros rezando, miraban con horror en el centro de París el lunes cómo las llamas devoraban la emblemática catedral de Notre-Dame. Exclamaciones y gritos de “Dios mío” empezaban a oírse hacia las 19:50 h del tiempo local cuando parte de la aguja se vino abajo, mientras las llamas se extendían por todo el techo.
Segundos más tarde, las cámaras de cientos de teléfonos móviles captaban como el resto de la aguja se derrumbaba, en medio de gritos de estupor.
“París está desfigurada. La ciudad nunca será como era antes”, declaró Philippe, un trabajador en comunicación de unos 30 años, que pasó en bicicleta después de que un amigo le avisara del incendio que se declaró en la catedral.
La policía trataba de alejar a los transeúntes de las dos islas del Sena, incluida la Isla de la Ciudad, el barrio parisino donde se ubica la catedral de estilo gótico, el monumento histórico emblemático de la religión cristiana y de la historia de París. Pero una multitud de espectadores seguía intentando acercarse, dificultando el tráfico mientras se arremolinaban en los puentes de piedra que conducen a la isla.
Otra mujer que se acercó estaba demasiado afectada y las lágrimas resbalaban por sus lentes para hablar con los periodistas. “Se acabó, no podremos volver a verla”, dijo Jerome Fautrey, un hombre de 37 años que se desplazó a mirar el incendio. “Ahora necesitamos saber cómo ha ocurrido. Con todo lo que está pasando en el mundo ¿por qué Notre-Dame? Quizás es un mensaje divino”, agregó.
Un agente de policía que llegaba por uno de los puentes se dio media vuelta boquiabierto y exclamó: “Dios mío”.
“La historia se está haciendo humo” “Es increíble, nuestra historia se está haciendo humo“, dijo Benoit, de 42 años, que llegó al lugar en bicicleta para asistir a la tragedia, resumiendo el sentimiento general de conmoción. Sam Ogden, de 50 años, llegó de Londres el lunes con su marido, sus dos hijos adolescentes, y su madre. Habían viajado a París específicamente para ver Notre-Dame, como parte de una gira alrededor del mundo durante años para visitar lugares históricos. “Esto es realmente triste […] la cosa más triste que he presenciado y visto en mi vida”, contó Ogden.
Su madre, Mary Huxtable, de 73 años, dijo: “Esto estaba en mi lista de cosas para ver. Ahora nunca entraré”. A poca distancia se encontraba otra familia británica, también de Londres. “Es devastador”, comentó Nathalie Cadwallader, de 42 años, que había llegado a París dos días antes con su marido y sus dos hijos para una estancia en la capital francesa de una semana.
“Es horrible que esto haya pasado, además de todo lo que ha vivido París recientemente”, agregó en referencia a los atentados yihadistas de 2015. Su familia había planeado visitar Notre-Dame el lunes pero lo cambiaron por la Torre Eiffel. Pensaban ir a la catedral el martes. En la plaza de Saint-Michel, a pocos metros, vehículos de emergencia, bomberos y coches de policía pasaba con las sirenas resonando. La multitud se aglutinaba a orillas del Sena, donde caían cenizas, tomando fotos con sus teléfonos en las que se veían la nube de humo amarillo, las cenizas, el pánico, la tristeza. “Tiene mil años”, explicaba con calma un hombre a su hija de unos diez años.