Las elecciones federales de 1976 en México fueron extraordinarias en más de un sentido, uno de estos porque fue la única ocasión en la historia del país que un solo candidato figuró en la boleta electoral como aspirante a la Presidencia. Sí, el único candidato para el periodo presidencial 1976-1982 fue José López Portillo y Pacheco. López Portillo fue abanderado de la coalición Alianza por la Democracia, formada por el PRI y los extintos partidos PPS y el PARM. ¿Cómo sucedió esto? Corría el mes de septiembre de 1975 y en los rumores sobre la sucesión presidencial en el penúltimo año del sexenio de Luis Echeverría se barajaban los nombres de siete posibles candidatos: Porfirio Muñoz Ledo, Hugo Cervantes del Río, Luis Enrique Bracamontes, Augusto Gómez Villanueva, Carlos Chávez Betancourt, Mario Moya Palencia y José López Portillo.  La decisión de Echeverría —es decir, el entonces llamado 'dedazo' presidencial— se inclinó por este último, su amigo de juventud. El 25 de septiembre de 1975, en una convención del PRI, López Portillo aceptó la candidatura con un emotivo discurso.  Al nombramiento del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se sumaron el del Partido Popular Socialista (PPS) y del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), y el lema del candidato fue "La solución somos todos". ¿Y qué sucedió con los demás partidos y candidatos? Por un lado, en la votación interna del Partido Acción Nacional (PAN) de enero de 1976, Pablo Emilio Madero obtuvo 73 por ciento de los votos; pero como los estatutos del partido exigían 80 por ciento para nombrar un candidato, el PAN se abstuvo de poner el nombre de Madero en la boleta. En los partidos de izquierda sí había contrincantes para López Portillo: Valentín Campa Salazar, del Partido Comunista Mexicano, y Mariana González del Boy, del Partido Femenino; pero como ninguno de los dos partidos contaba con registro oficial, sus votos fueron anulados —se estima que Campa pudo haber obtenido hasta un millón de votos, cerca de 5 por ciento de la elección. Al final, como dijo años después el propio López Portillo en una entrevista, "con que hubiera salido su mamá a votar por él, habría ganado la elección". El resultado final fue, desde luego, apabullante: el candidato priista acumuló más de 16.4 millones de votos, que equivalían a un aplastante 91.9 por ciento de la elección. Ese año también se eligieron 237 diputados federales y 64 senadores. En la cámara baja, la Alianza por la Democracia obtuvo 217 escaños, y en la cámara alta ganó una abrumadora mayoría: 62 curules de los 63 disponibles. En esos tiempos, a resultados como estos se les llamaba 'carro completo'. -- Milenio