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(AUDIO) En la soledad de su despacho, la emoción de su última respuesta le permitió entender que con el DIF creció, sufrió, lloró, aprendió y vivió la vida que junto a Juan Manuel Carreras estaban destinados a cumplir: el servicio público.
10:07 jueves 4 febrero, 2021
San LuisHace poco más de 5 años que en aquel escritorio empezó a escribir la historia, no de su vida -esa ya llevaba paginas- sino de la que le cambio su vida: el sistema DIF estatal de San Luis Potosí. Abogada potosina con estudios de posgrado y postulante en su momento, encontró en el compañero de vida la forma de seguir en el ejercicio público. La compañía y mano aportan mas que el trabajo mismo a quien la recibe y siente. “¡Yo sabía con quién me casaba “Gallo”!”. Es la frase con la que la señora Lorena Valle Rodríguez definió el entregarse también en cuerpo y alma al servicio y función pública. “Él en lo suyo yo en lo mío. Pero siempre acompañándonos…”. “Mi entrega era a nuestros 3 hijos. Su formación infantil, académica y profesional. La vida en México, ir y venir. Los trabajos de él, su doctorado, México ir y venir de nuevo, ya con hijos y después…”. Muchas veces la predisposición provoca el rechazo o negativa de lo que pueda darse, y aunque sabiendo el camino de “JuanMa” -como llama cariñosamente a su marido-, Juan Manuel Carreras tenía entonces también una página que escribir en su libro -formado para ello-, igual el de ella -escrito con él- el de ser: Gobernador del Estado de San Luis Potosí.
Y aunque esa es otra historia fue en el mes de enero de 2015 y ahí empezó todo. El DIF representa entonces, desde la campaña, una tarea imponente y de valor superior por lo que y para que se trabaja. “Aquí trabajamos con vidas, con esa protección humana que debemos brindar, pero también con lo más obscuro del ser humano: la violencia intrafamiliar, el abuso sexual infantil, el hambre”. Todos los males que rodean a la pequeña e inmensa a la vez célula de la sociedad como lo es la familia, fue el escritorio de la labor a la que se enfrentaría entonces. Uno de ellos, no tema de esta charla, pero si obligado en la reflexión del relato. Reconocido mal, incluso al interior mismo del DIF, fue la mancha de lo vivido por ella y su equipo como dependencia, lo que tuvo que tornarse decisivo para que la decisión fuera y descansara en el fortalecimiento a la institución y su experiencia personal. Otra historia. “-Pero debemos partir de la base de la autoestima. Si no me quiero yo, nadie más me va a querer. Vemos perfiles en nuestra sociedad donde hay que cambiar el estereotipo de lo que eres, hasta por el físico. Y ahí viene, por ejemplo, el que nadie nos respete y los problemas graves…-“ Entendí entonces que “el amor propio” al que se refiere, evita que el daño de otros o el que nos provocamos nosotros mismos, nos llevé a los males que atiende el DIF, tanto desde lo material como lo sensible. Fue así como nacieron durante esta administración 2015-2021 “pequeños programas” -les llama ella- que han trascendido fuera del ochentero edificio de Nicolas Fernando Torres, hasta los 58 municipios de las 4 regiones de nuestro San Luis, por su valor humano: “Construye futuro abrazando corazones”, “Una Bici Con Rumbo”, “Sano, Variado y Suficiente” y “Ante Todo Persona”, entre otros.
Mas los apoyos que desde los psicológico, emocional y de atención la dependencia brinda. “Pero ¿Cómo hacer mucho, cundo se tiene poco?” Los temas presupuestarios competen a las áreas administrativas de las dependencias. Si bien palomeadas por la dirección general que preside la Lic. Cecy González Gordoa -brazo de su confianza absoluta- son situaciones de cada año y muy distintas durante una gestión. Tocar las puertas de Finanzas o del gobierno federal y apoyarse en algunos municipios que aceptan ayuda o mínimo la agradezcan, es otra tarea. Aun así, reconoce que nada, absolutamente nada de lo hecho aquí podría servir si no se hace con lo más valioso: “el Amor”. Al referirse a ello, sentimental y emotivo que soy -y que compartimos al finalizar esta entrevista- no le refute nada. La sala de su oficina fue entonces el escenario para seguir charlando de esos temas. No del trabajo sino del aspecto humano de su trabajo: el de la funcionaria Presidenta honoraria del DIF y el de Lorena Valle Rodríguez. Si bien, perdido en las familias, reitera seria y enérgica Valle, debe ser entonces tarea que recuperemos, desde lo familiar y por su puesto lo social. “Las familias necesitan querer a los hijos. Y las distancias sociales de nuestro país no nos ayudan...”. Entiéndanse estas desde lo económico, pasando por lo político, hasta terminar con lo social. No me lo dijo, pero lo intuyo. Es aquí donde agradeció infinitamente al ejercito de personal, directivos, administrativos, voluntariado, donantes, todos los que se sumaron a esta tarea: “Aquí aprendí a trabajar en equipo. Y los voy a extrañar mucho”, vuelve el aspecto sentimental de nuevo, se siente, pero no se ve… aun.
Y busque como irnos acercando al final, no al de su trabajo sino al de la charla. Mas que entrevista, una charla amistosa. También valedero lo presuma y comparta, en estos 3 años de mi formativa labor periodística me permitió acercarme a su trabajo y confianza. Por eso vinieron las otras preguntas. Las que prefiero formular, fuera de las cifras y números, datos y estadísticas, coberturas y entregas que cualquier dependencia tiene archivados como números fríos que no hacen mas que evidenciar el trabajo y obligación de los servidores públicos. Se hizo “qué bueno”, se hizo “que malo”. La pregunta es ¿Quién lo hace? ¿Cómo lo hace? Y ¿Qué siente al hacerlo? “-Todos los programas y proyectos, el trabajo, la labor… ¿la dejan satisfecha? -”
Breve pausa, tomo aire -primer respiro- y vino la respuesta:
“-Si. En una parte…-“ La respuesta se completó cuando confiesa “que es también difícil la cobertura total a las infinitas necesidades de una sociedad que aun y con la pandemia, viene arrastrando una inmensa pobreza y falta de atención”. No se quejo de sus antecesoras, pero si confiesa que a veces la distracción de otras actividades fuera de la dependencia, distraen la tarea misma del DIF. “-Ahí me contesto la funcionaria. Ahora que me conteste Lorena Valle…”.
“-Si estoy satisfecha y trabaje mañana, tarde y noche. Con el sacrificio de lo personal o familiar para esto…” Y volvió entonces el celo periodístico de encontrar las respuestas que permitan descubrir a la mujer que cierra su oficina y regresa a casa, con el peso mismo de las responsabilidades, pero con el apoyo -otra vez la emoción al decirlo- de “las manos solidarias y la oración también de quienes nos ayudan”.
La mención de la palabra familia volvió a tocar la charla. No como parte de un membrete que adorna su escritorio, Desarrollo Integral de la FAMILIA, sino como parte de su vida misma. “Quiero fomentar y fortalecer en mis hijos la ayuda al prójimo. La labor no se termina en esto… Muchos me preguntan que voy a hacer después y quiero que ellos…” Y ahí aproveche también la coyuntura y me adelante a su respuesta… “-¿Qué va a hacer Lorena Valle el 26 de septiembre de 2021?-”
“-Preparar esa nueva vida. No puedo regresar al 26 de septiembre o a enero de 2015 que empezó todo esto y que me involucré. Esta vida ya no será mi vida.”
No lo dijo, pero lo sintió al decirlo. El DIF parte de su vida y ella en el DIF, pero ya no en la vida de la dependencia. Volvió lo emotivo a la sala y la soledad del fin que se acerca sigue escuchándose, no en la charla… “Trabajar a través de una asociación civil o de una fundación…”. Ahí seguiría el legado. La continuidad en lo político se rechaza, pero no se descarta, motivo para otra platica. Ahí sí de política. Que también es su pasión, no reflejada tanto, pues se la deja a “otro”. Pudiera aplicarse lo dicho al inicio: “Él en lo suyo, yo en lo mío”… por ahora. Aun así, su espíritu aguerrido y “contestatario” -le llaman alguno políticos- le permite tener las credenciales suficientes para el ejercicio público. “No me cuesta tanto trabajo para decir las cosas como son. No les doy la vuelta. Levanto la mano a cada rato. Creo que yo lo herede de mi mamá”. Confesó pecar de imprudente, pero no se puede limitar el espíritu cuando se vive, trabaja y siente precisamente en la espiritualidad de lo bueno y lo malo de la sociedad humana, dicho por ella. “Es por eso que estos 6 años para mi han sido los mas maravillosos de mi vida. Que no se compara con lo maravilloso de la familia, mis 3 hijos y mi esposo.
Pero al hablar de Lorena Valle como persona, soy otra persona. También difíciles, tristes…”.
Ahí fue el momento donde busco la palabra. No el reportero, el que lo está viviendo y escuchando en el momento…
“-¿Quién es la mujer de hace 5 años?-”
“Creces. Aprendes a darte a ti misma y para los demás. Aprendes a conocer el dolor humano que al no tenerlo cerca te limita en lo sensible…”
“-Faltan ocho meses… ¿Misión cumplida? -“
“Si… La pregunta, la respuesta, el lugar y el momento fueron suficientes para que al sentir en sus ojos el llanto que los humedecía, la voz se cortara y anudada en la garganta, el “SI” envolviera lo hecho hasta esa tarde, lo llorado hasta esa tarde, lo celebrado hasta esa tarde, lo vivido en el DIF de San Luis Potosí hasta esa tarde…
Volvió a tomar aire queriendo articular una palabra más. Y el DIF y su vida limitaron sus palabras.
“Como han pasado los años”, fue la frase con la que inicie esta charla y ella contesto:
“Como pasan los años…”.
Pasó el llanto, lo suficiente para que pudiera decir entonces emocionada:
“…iba a decirte una cosa… pero ¡Si!. ¡Misión cumplida!”
Quedó pendiente algo que me diría. La emoción de su vida en 6 años no lo permitió, como si permitió una de las entrevistas más emotivas de mi vida periodística… Ya habrá tiempo y momento, primero Dios.
Y adiós
Gustavo I. Robledo Guillén