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En la medida que trascurre el tiempo de campaña y se llevan a cabo más debates entre los candidatos a la Presidencia de la Republica, nos damos cuenta que la confusión nos invade aún más, pues pensaríamos que al abandonar la candidata la aspiración de seguir en esta competencia (con menos opciones) y se confrontaran ideas y perfiles, sería más fácil elegir por quien votaríamos los mexicanos el próximo 1 de julio.
22:55 martes 22 mayo, 2018
ColaboradoresEn la medida que trascurre el tiempo de campaña y se llevan a cabo más debates entre los candidatos a la Presidencia de la Republica, nos damos cuenta que la confusión nos invade aún más, pues pensaríamos que al abandonar la candidata la aspiración de seguir en esta competencia (con menos opciones) y se confrontaran ideas y perfiles, sería más fácil elegir por quien votaríamos los mexicanos el próximo 1 de julio. ¡Pues no! Resulta que ahora el ejercicio de tomar una decisión resulto ser más complicada. Vemos en los debates actitudes que confunden, vacíos de capacidad y preparación, así como de conocimiento de los temas objeto de dichos debates, la gran inquietud de atacarse para buscar ganar puntos con desprestigio, más que con propuesta, seguridad y preparación. La manipulación de las directrices de algunas campañas nos confunde, por la ambigüedad de los objetivos que se ven en las acciones y líneas discursivas de los candidatos. Y es que la construcción de nuestra democracia (recién cumplió 18 años) significa además la posibilidad de la alternancia, situación que anteriormente no existía y enquistaba en el poder a un partido. La evaluación de los ciudadanos al desempeño de los Presidentes y sus partidos, en los últimos años llevo a Felipe Calderón del PAN, quien aposto en su sexenio a la “guerra contra el narco” a cuestionarse por qué el voto no le favorecían a su partido en 2012, de la misma manera que el actual Presidente ya se cuestiona y cuestiona a los ciudadanos sobre la falta de valoración a los beneficios que trajo su mandato, que esta vez aposto por la “reformas estructurales” como platillo principal, que de igual manera no dejo satisfechos a los mexicanos que ya en las encuestas afirman que votaran por Morena, el PAN y en última opción por su partido con un 18%. Pensar como lo hacen los partidos y sus seguidores, no nos dará las verdaderas respuestas a esta gran pregunta, de porque “aun” con un trabajo relativamente bueno y con apuestas de valor, como lo hicieron ambos Presidentes Peña y Calderón se encontraron con esta respuesta en las urnas. Podría ser porque en sus mandatos se coincidió con una constante que fue la corrupción, pareciera que los mexicanos en la búsqueda de la maduración de esta recién llegada Democracia, aún conservan la esperanza de un Gobierno que pudiera cometer algunos pecados, pero no el de la Corrupción que tan altos costos le lleva al erario y tan mala fama nos ha hecho en el mundo. En aquellos finales del año 2012 el ahora ex presidente Calderón maldecía directa e indirectamente por qué los mexicanos no valoraron su esfuerzo y sacrificio en su actuar, tanto como hoy Peña desvanece sus sueños de continuidad, ante las aplastantes encuestas que mercan otra dirección. Es la democracia señores, la nueva posibilidad de elegir quien nos gobernara, el proceso de elegir y conocer todas las formas o filosofías políticas en el poder, situación que no se ha presentado aun en México. Ya gobierno un partido de centro durante años, después más de una década uno de derecha y finalmente, la izquierda que en 2012 a punto estuvo de llegar, pareciera que esta vez lo hará aun con los esfuerzos desmedidos del Sistema que “patalea fuerte” y constante todos los días hasta el 1 de julio seguramente lo hará, La democracia es eso que no podemos explicar, que saca de los planes a las intenciones de los gobernantes, para recordarles que el “veinte” pronto se acabara, para dar paso a otra elección y una nueva forma de partir las nueces, por los próximos 6 años. Jorge Armendariz Gallardo