CIUDAD DE MÉXICO.- Se les llama 'pies ligeros' porque siempre destacan en las maratones de más de 50 kilómetros en México, no sólo por ganarlas, sino porque lo hacen con un par de 'huaraches', un característico pañuelo atado al cuello, una gorra y, en el mejor de los casos, llevan a cuestas una pequeña botella de agua. El pueblo tarahumara o 'pies ligeros' son conocidos como los mejores corredores de México, pero ¿dónde está el secreto? Ganar una maratón de 50 a 100 kilómetros con estos recursos parece un acto sobrenatural, sin embargo, la clave reside en su estilo de vida. Los tarahumaras son indígenas asentados en la Sierra Madre Occidental, en el estado mexicano de Chihuahua. La economía de estos indígenas está basada en el cuidado del ganado, motivo por el cual pueden andar más de 50 kilómetros al día entre terreno montañoso de más de 60 mil kilómetros cuadrados. De ahí reside su apodo rarámuri, que significa en indígena 'pies ligeros'. Su entrenador personal son los terrenos arduos, repletos de barrancos, que tienen que atravesar diariamente. En este sentido, la altitud a la que su cuerpo se ha habituado les da una ventaja física a la hora de participar en largas carreras. "Corremos para ganar y para no pasar hambre", explicó el atleta tarahumara Santiago Ramírez Justillo. El extenso terreno hace que se dificulte la comunicación entre una tribu y otra distanciadas en muchas ocasiones por desniveles de más de mil 500 metros de altitud. Los recursos económicos de los que disponen se resumen en el ganado del que cuidan, por ello ganar las carreras implica un premio económico que no desaprovechan. Correr maratones es una tradición familiar para los tarahumaras. Padres, abuelos, hermanos e hijos compiten entre sí en las carreras. Las mujeres rarámuri también participan, de hecho, hace tan sólo unas semanas la hija de Ramírez Justillo, Lorena Ramírez, ganó una ultramaratón de 50 kilómetros siendo noticia en los medios por la vestimenta con la que fue capaz de ganar. Al parecer, los tarahumaras provienen de una tribu indígena de Mongolia (Asia). Desde hace miles de años están asentados en México y sus costumbres siguen siendo las mismas. De aspecto delgado, piel morena y piernas de atletas, bajan de las montañas para dar una lección de superación y enseñar que no hacen falta deportivas de marca ni una preparación extensa a base de suplementos artificiales para formar parte de los mejores corredores del mundo. -- Excélsior