Vínculo copiado
¿Quién protege a los consumidores de la publicidad electoral? ¿Quién protege al ciudadano que busca tener sus opciones muy claras y reales verdaderas para elegir libremente?
00:03 lunes 30 abril, 2018
VIRALES“La confianza de los inocentes es la más
útil herramienta del mentiroso”
Stephen King
En materia de mercadotecnia comercial existen en México una serie de disposiciones que regulan la publicidad de quienes promueven sus servicios y bienes, sin embargo eso no se puede ver en otras áreas. En el caso de la publicidad comercial por ejemplo, hay un concepto que tiene la Ley Federal del Consumidor en favor de los consumidores que se sientan engañados que se denomina “publicidad engañosa”. Esta publicidad es sancionada con fuertes multas e incluso con suspensiones del servicio o negación de servicios, cancelación, en fin una serie de sanciones fuertes que pueden variar en su medida según sea el caso, pero que finalmente tratan de conducir las cosas con corrección y protegiendo al consumidor. Pero ¿Quién protege a los consumidores de la publicidad electoral? ¿Quién protege al ciudadano que busca tener sus opciones muy claras y reales verdaderas para elegir libremente? Pues todavía no hay quién lo haga, al parecer porque pese a que la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales contiene algunas cuestiones importantes como la posible cancelación de los spots que manejan los partidos políticos, el Partido Verde inventa cosas que no han sucedido y las presenta como si ya fueran un hecho, incluso haciéndolas de teleserie cardíaca, con un final feliz en “Verdelandia”. Entonces en realidad no hay quien lo sancione y sigue repitiéndose elección tras elección por esos mismos actores. Por otra parte en este momento estamos viendo como los ataques son demasiado descarados entre los candidatos, fundamentalmente para el que va a la cabeza y le están pegando fortísimo todos los otros candidatos con lo primero que se les ocurre, aunque no sea cierto, pero ¿Quién nos protege de estas falsedades y mentiras? Verá usted, el Derecho a la Información que consagra y protege el sexto Artículo constitucional, se violenta constantemente en la información que llega al ciudadano, vía medios de comunicación u otras formas de difusión propagandística que se usan para muchos objetivos, entre otros el más delicado de todos: el Objetivo Electoral, vinculado con todos los valores que la Democracia (occidental) declarada también constitucionalmente conlleva: la equidad, la justicia, la propiedad privada, la libertad (para escoger, para elegir, para tomar decisiones), en fin, una serie de principios básicos de nuestro sistema jurídico político y particularmente nuestro sistema electoral, pues la manipulación de información, el suministro de noticias falsas ya mejor conocidas como “Fake News”, la calumnia descarada que recientemente arrecia como signo de aferramiento al poder y desesperación porque las estrategias y recursos empleados no parecen garantizarles nada, como sucedía antes; todo este enrarecimiento informativo que además se torna más peligroso por lo inmediato que resulta acceder a las redes de comunicación como tampoco nunca antes se había experimentado con tal intensidad, mezclando cual genial licuadora informativa, las verdades y medias verdades con las mentiras, enredos , confabulaciones, contubernios e infamias más preocupantes respecto de tal o cual personaje inmiscuido en la contienda, a extremos viles, groseros y bellacos. Lo que sea con tal de reducir, eliminar y hasta exterminar al adversario, totalmente confundido ya con enemigo a muerte. ¿Qué no habrá quien ponga orden? ¿Acaso nunca cesarán de publicarse apreciaciones delicadas que se difunden cual verdad absoluta? ¿La contienda electoral permite mentir con supuestas reformas logradas para mejorar el país, cuando apenas se trata de ocurrencias mercadológicas que engañan ciudadanos? ¿No es hora ya de sancionar a quienes se exceden en sus diatribas? ¿Será tan difícil que la FEPADE o el mismo INE puedan saber quien les pagó a los camioneros que anuncian una supuesta serie televisiva sobre el populismo? ¿Somos tan estúpidos para suponer que tal serie existe? ¿Hasta cuando hemos de tolerar la publicidad electoral engañosa? ¿Cuándo habrá de legislarse para que dicho concepto se incorpore a las leyes electorales con sanciones efectivas? ¿Cree usted en los ciudadanos espontáneos que se dedican a insultar y calumniar a quienes contienden? ¿Le parece muy difícil que detrás de ellos se encuentren los competidores del personaje cuestionado? ¿Cuándo se exigirá, como en la Ley de Protección al Consumidor, que los contenidos de spots y mensajes electorales sean “veraces, comprobables, claros y exentos de textos, diálogos, sonidos, imágenes y otras descripciones que induzcan a error o confusión por engañosas o abusivas...por la forma inexacta, falsa, exagerada o tendenciosa en que se presenta”?. Lo más curioso es que los empresarios, comerciantes, ciudadanos, autoridades, etc. reciben estas exigencias de la Ley en materia de comercio con toda aceptación y sin reparo, pero a la autoridad electoral no se le ocurra proponer algo similar, pues también nos están vendiendo ideas y somos consumidores de las ofertas y propaganda negra electoral. Termino diciéndole que aun sin estas necesarias reformas, el INE debe ponerse las pilas y empezar a bajar de la circulación tantas y tan obvias necedades…digo, para que el suelo esté más parejo ¿o no?