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José Luis Ortiz
16:48 lunes 4 septiembre, 2017
PERFIL EDUCATIVO“Trabaja como si todo dependiera de tu propio esfuerzo y confía como si todo dependiera de Dios.”
Máxima Jesuítica
Todos, en algunos momentos de nuestra vida necesitamos un coach. Alguien que haya recorrido el camino y nos apoye para descubrir aquello que no podemos descubrir y aplicar solos, por nuestra cuenta, para alcanzar una mayor calidad de vida. Que dedique un espacio seguro para nosotros, que nos permita mantener el equilibrio emocional y mental hacia la manifestación del espíritu en nuestra vida cotidiana. En ciertos momentos, este coach fue nuestra madre, nuestro padre, algún hermano u otro familiar, profesor, ministro, o amigo.
Generalmente, las personas tienden a alejarse de quienes les acompañaron en su infancia o juventud a medida que se produce su crecimiento físico, mental o profesional, y es precisamente en esas etapas en las que más necesitamos del coach. Cuando por cuestiones laborales, sociales o de otra índole, empezamos a alejarnos de nuestra espiritualidad, ya que un espíritu fuerte permite dar equilibrio a nuestras vidas y obtener una satisfacción y plenitud integrales; no solamente financieras, profesionales o sociales. Muchas personas se empeñan más en su trabajo que en ellas mismas y esto puede ser la causa de su falta de progreso. Al respecto, Stephen Covey mencionó: “Si piensas que el problema está allá afuera, ése es el problema”.
La propuesta del Coaching Espiritual parte de la doble necesidad tanto de la empresa como del trabajador de encontrar espacios de desarrollo existencial que favorezcan la calidad de vida y la productividad. Esta propuesta se basa en la antropología propia de la Logoterapia y busca, a través de técnicas tanto de la Logoterapia de grupo como de las nociones de Logoterapia individual y de Coaching, generar un cambio en la cultura de las organizaciones para favorecer estos espacios de crecimiento en beneficio de ambos, porque cuando las personas cambian, todo a su alrededor cambia; no solamente su trabajo, también su familia, sus amigos y sus vidas.
Además propone una nueva manera de complementar la selección del personal para ayudar a generar un mantenimiento en el tiempo de los logros alcanzados con la implementación de la propuesta.
Muchas personas viven hoy en día en el vacío existencial, sin saber por qué y para qué están viviendo, pues la vida carece de razón si no conocemos hacia dónde nos dirigimos. El encontrar sentido a nuestra existencia, tener una misión existencial, constituye una razón poderosa para bien ser, bien hacer, bien tener y bien estar. Nietzsche mencionó: “Todo aquel que tiene una razón para vivir puede soportar cualquier forma de hacerlo." Favorecer la automotivación en las personas para que se hagan cargo de su propia vida, responsables de su destino; sin excusas, pretextos y justificaciones, que les impidan potenciar sus talentos y así tener una vida plena, es parte de los resultados esperados en el Coaching Espiritual. Las personas que deciden ser los arquitectos de su destino y dar su mejor esfuerzo en la dirección correcta como la mejor forma de honrar a Dios, descubren su propósito y encuentran el sentido de cada idea, de cada iniciativa, de cada acción para producir los resultados que incidan directamente en su estilo de vida, sirviendo al prójimo y logrando la trascendencia.
James Allen recuerda lo siguiente:
“La persona que piensa que su vida es el resultado de condiciones externas, suele ser víctima de ellas. No obstante, cuando crea conciencia del poder creativo que reside dentro de ella, y entiende que es allí donde se encuentran tanto las semillas como la tierra que da fruto a tales circunstancias, sólo entonces se convierte en la dueña y señora de sus pensamientos”.
Víktor Frankl, padre de la Logoterapia, en su libro “El hombre en busca de sentido”, concluyó que los prisioneros que sobrevivían a las duras condiciones de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, no eran los más fuertes, jóvenes o inteligentes; sino aquellos que sabían exactamente lo que iban a hacer una vez que abandonaran sus prisiones, quienes tenían metas -razones poderosas para vivir-. Existen modelos que demuestran la relación existente entre la manera de pensar de una persona, su comportamiento y sus logros. La Logoterapia es una propuesta ‘para vivir’ y ‘para aprender a vivir’, lo cual va mucho más allá del simple ‘sobrevivir’. Basado en esta noción y en el hecho de que los seres humanos actuales pasamos cerca del 80% de nuestro tiempo de vigilia en nuestro lugar de trabajo, en la teoría logoterapeútica se tiene en cuenta que se puede desarrollar sentido a través de tres clases de valores:
• Los valores de Actitud: son aquellos que se desarrollan frente al destino inevitable, al sufrimiento, nos llevan a encontrar una actitud valiosa dentro de todo lo que nos sucede.
• Los valores de experiencia: Son los que se desarrollan a través del encuentro de lo sagrado o lo sublime, el encuentro con el amor, con la belleza, con Dios.
• Los valores de creación: son aquellos que se relacionan con lo que yo entrego al mundo, con el fruto de mis acciones como trabajador, como profesional o simplemente como ser humano.
Por consiguiente todo trabajo lleva hacia el desarrollo del sentido a través de los valores de creación, por el resultado de su accionar, por su forma de relacionarse con el mundo.
*Profesor, investigador, periodista, conferencista, consuItor y coach personal, Director de la Carrera de Ingeniero Mecánico Administrador, Tecnológico de Monterrey, [email protected]