CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando una persona muere, sus bienes patrimoniales se encuentran en un estado temporal de ausencia de titular aunque se tenga testamento. Para que sean repartidos debe realizarse un procedimiento sucesorio, informó el Colegio Nacional del Notariado Mexicano. Este procedimiento determina quiénes son los beneficiarios; el número y valor de los bienes; el pago de deudas; y distribuye del saldo de la herencia entre los otros beneficiarios, si es que existen. En caso de que no exista testamento, se debe realizar una sucesión legítima o intestamentaria. En la mayoría de los estados, este trámite se realiza ante notario, sin necesidad de acudir a un proceso judicial, si todos los herederos son capaces, mayores de edad y están de acuerdo sobre la forma en que se repartirá la herencia se reparte de la siguiente forma: Los familiares más próximos recibirán la herencia: en primer lugar los hijos y esposo(a) o concubino(a), es decir, la persona con la que el fallecido compartió su vida aunque no estén casados, y después padres hasta llegar a tíos, primos y sobrinos hasta el cuarto grado. Los parientes del mismo grado heredarán por partes iguales. La legislación establece que el parentesco por afinidad, es decir, el que se establece entre un cónyuge y los parientes consanguíneos del otro, por ejemplo, los cuñados y los suegros, no dan derecho a heredar. Si hay varios testamentos, el último será el válido. Por otro lado, cuando alguno de los herederos es menor de edad o alguna de las partes no se encuentre conforme con lo dispuesto, deberá contratarse un abogado que inicie el trámite sucesorio ante un juez. -- EXCÉLSIOR