En los últimos días nos hemos enterado de varios funcionarios que están pidiendo licencia a sus cargos públicos para buscar otro puesto de elección popular. Hay diputados que aspiran a una diputación federal, a una alcaldía y directores de gobierno que ahora quieren una diputación. Esta decisión no cae nada bien a la ciudadanía, porque con tal de ganar el nuevo puesto descuidan sus funciones, incluso se ausentan de sus oficinas en horas laborales. El presidente de la Canacintra fue muy duro con ellos y los llamó: parásitos. Porque en la IP se tiene la idea de que si no estás contento en tu actual trabajo, debes renunciar para ir en busca de otro, no como en la función pública, donde es posible pedir licencia y si no ganas, regresas a tu anterior puesto como si nada. Afortunadamente algunos funcionarios sí han renunciado.  A partir de este año la reelección es legal y aunque no es un mecanismo experimentado, puede ser un camino viable para desterrar el chapulinismo. Tristemente, muchos funcionarios de elección popular eligen el chapulinismo, porque si optan por la reelección, corren el riesgo de sufrir el rechazo ciudadano, que no está satisfecho con su trabajo. Visto desde esta óptica la reelección es un camino más aceptable, porque demuestra que como funcionario se está interesado en continuar los planes de gobierno y, por otro lado, el funcionario se somete a la opinión de su pueblo, pues como se dice popularmente: no hay mejor juez que la gente. En este sentido, llama la atención que hasta el día de hoy ningún diputado local ha mostrado interés en reelegirse. ¿Será que tienen miedo de perder?  Extra  El alcalde de Ciudad de Valles, Jorge Terán, es el primer en dar el paso y buscar la reelección en su municipio. En declaración a los medios retomó la idea que manejamos en esta columna: "esta reforma da una gran oportunidad de darle continuidad a acciones y obras, pero también de ponernos en el escrutinio a la opinión y que sea la gente quien juzgue el trabajo realizado en estos dos años".