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DESDE LA REDACCIÓN
00:03 lunes 30 octubre, 2017
ColaboradoresEnrique Flores ya no es panista y si partimos de los ideales humanistas de ese partido, se puede decir que dejó de serlo hace mucho tiempo, pero sus ex compañeros aún lo recuerdan. Quizá, porque, aunque esté fuera del partido les sigue haciendo daño, porque muchos lo relacionan con el blanquiazul. A modo de defensa sus antiguos compañeros clamaron este fin de semana: ¿Cuándo van a caer los otros involucrados en la ecuación corrupta? Porque está claro que Flores no actuaba solo, pero la Procuraduría, ahora convertida en Fiscalía, no ha solicitado el desafuero de los otros tres diputados involucrados en la supuesta red de corrupción al interior del Congreso. Si la Procuraduría encontró suficientes elementos para proceder contra Flores debió encontrar elementos contra los otros legisladores. La ahora Fiscalía tienen ante sí, entonces, un reto enorme. Demostrar que no responde a intereses políticos y que está dispuesta a proceder en contra de quién sea, sin importar el apellido, la afiliación política o el poder que ostente. El fiscal general, Federico Garza, aseguró en entrevista que desde la semana pasada dirige un ente independiente. Ojalá que haga honor a su declaración y no tarde en proceder en contra del resto de integrantes de la ecuación corrupta que convirtió a San Luis en una vergüenza nacional. Pero todos sabemos que lo que menos tienen nuestros políticos es vergüenza y mientras los responsables no respondan ante la ley por sus acciones, de poco o nada habrá servido sacar a la luz estos hechos. Solo una sanción ejemplar puede frenar en un porcentaje importante la corrupción. Y, además, será un signo inequívoco de que el Sistema Anticorrupción funciona. De lo contrario, quedará demostrado que la Fiscalía es una institución “podrida” como muchas otras, que en papel es perfecta, pero en la realidad es inoperante. Tampoco se sabe nada sobre los responsables de la Auditoría. Los ojos ciudadanos están puestos en los diputados, pero los congresistas no actuaban solos. Si caen legisladores, deben caer, también, empleados y ex empleados de la ASE. Podrán algunos ya no ser funcionarios públicos, pero eso no los exime de responder ante la ley. La ecuación corrupta será la prueba de fuego del nuevo Sistema Anticorrupción. Ojalá la pase con buena calificación.