Dicen que nadie se acuerda del subcampeón, pero vaya que Croacia y sus fieles aficionados dejaron huella. Habían pasado ya casi dos horas desde el silbatazo final cuando los fanáticos balcánicos se detuvieron en una de las escaleras de salida del Estadio Luzhnikí para dar los últimos gritos alientos a su equipo y dedicar uno especial que decía “¡Spasibo, Ro-ssi-ia!” (Gracias, Rusia). A pesar de la derrota, más que lágrimas y caras largas, entre el público croata hubo un sinnúmero de cánticos, brincos y mucha emoción por el que fue el mejor Mundial de su historia. Cientos de seguidores con camiseta cuadriculada ocuparon dos largas escaleras que se encontraban en la planta baja, también llena de aficionados, para cantar y cantar con la emoción que les dejó su equipo en Rusia 2018. A pesar de que son una nación de apenas 4 millones de habitantes, por los casi 70 de Francia, los croatas acudieron a la Final mundialista en mucho mayor número que los de la selección rival, esta última que de cualquier modo tampoco escatimó en festejos en una de las gradas de la cabecera del estadio. Fue cerca de media hora la que pasó el público croata cantando y agradeciendo antes de abandonar el Luzhnikí en dirección al Metro Sportivnaya, por el que habían llegado horas antes para el juego con la misma sonrisa, al inicio de emoción y al final de agradecimiento.

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Mediotiempo