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Hoy el congreso local puede hacer honor a nuestra identidad desde distintos frentes que verdaderamente prioricen nuestra diversidad y garanticen la eliminación de las barreras al aprendizaje y la participación. Estaremos atentos.
00:08 jueves 23 enero, 2020
ColaboradoresPasan los días y aún contamos con temas pendientes en política educativa federal. Nos encontramos con la falta de publicación en el Diario Oficial de las estrategias nacionales de Primera Infancia, Inclusión y Normales y a la resolución judicial sobre la inconstitucionalidad de las leyes secundarias. Pero estos son aristas que tarde o temprano tendrán que resolverse para dar cuenta de la ruta a seguir de la Nueva Escuela Mexicana en su versión oficial.
Sin embargo, existen otros procesos que ocurren en terreno y advierten una profunda relevancia al ente público. Antes de que termine el mes de mayo el Congreso Estatal debe “armonizar” nuestra ley estatal de educación, acorde con el cambio constitucional de 2019.
Esto es importante porque nuestros legisladores locales tienen la oportunidad de convertir su discurso y buena voluntad en acciones concretas, cuantificables y evaluables en el tiempo, para crear las condiciones en que familias, profesores, estudiantes y autoridades educativas puedan transformar el entorno donde convergen: La escuela.
Ante un gobierno federal centralista y patriarcal no podemos soslayar ni siquiera un poco las oportunidades que nos brindan los espacios de toma de decisiones respaldadas por la soberanía del federalismo. Por ello, el “nadar de muertito” en la legislatura local no es una opción.
Estamos por ver la dignidad de nuestro Congreso local para tomar en serio los derechos de los ciudadanos, y más si se trata de niñas y niños. El principio universal de “interés superior de la niñez” no puede quedar ensombrecido – una vez más – por los acuerdos entre adultos. Llámense líderes de partido, línea desde la Junta de Coordinación Política, del súper delegado federal o bien, algún memorándum desde palacio nacional.
Desde la sociedad debemos actuar con conciencia, apertura y responsabilidad. No podemos esperar que nuestros representantes en el legislativo local usen pluma y papel para tomar dictado desde el Congreso de la Unión. Al contrario, en un tema tan importante como la educación de nuestros hijos, debemos exigir que escuchen y propongan desde la base ciudadana, generen espacios para la discusión explícita de ideas con base a nuestra realidad regional y municipal, contribuyan a la recepción de propuestas y establezcan prioridades que atiendan nuestras necesidades bajo el resguardo de la Constitución.
Sin duda, encontrarnos con la apertura de nuestros congresistas podría establecer un clima de construcción permanente, flexible y con oportunidad para el ajuste en el corto y mediano plazo. Ante esta posibilidad, es imposible no destacar los derechos de niñas y niños, claros en la Constitución y ofuscados en las leyes secundarias. Impulsar normas serias que garanticen los derechos profesionales de los profesores, por ejemplo, igualdad de condiciones en los procesos de admisión, promoción y reconocimiento con criterios públicos, transparentes, equitativos e imparciales. O bien, que permitan identificar, de mejor manera, sus conocimientos, aptitudes y experiencia necesarios para el aprendizaje y el desarrollo integral de los estudiantes.
Podríamos establecer lineamientos o reglas específicas que aseguren la tutoría de un colega experto in situ para cada profesor de nuevo ingreso al sistema educativo y no simularlo. Se podrían incluir condiciones justas para el ingreso y el desarrollo profesional de los Asesores Técnico Pedagógicos. Atender los candados a las 18 y las 30 horas de profesores que resultan diques complicados de sortear en secundaria y media superior para dejar que avancen en sus carreras y su ingreso económico.
Pudiéramos consolidar institutos de evaluación y de infraestructura que han sido desdeñados desde el gobierno federal. Establecer mejores mecanismos para la participación informada de las familias en las decisiones de la escuela y del aprendizaje de sus hijos, incluso encontrar soluciones específicas a la participación de los estudiantes en la construcción de sus aprendizajes de tal manera que impulsemos la inclusión educativa desde el principio de la diversidad y no solo con una visión hacia grupos en condición de vulnerabilidad o de discapacidad. Todo esto omitido en las leyes secundarias.
En fin, la discusión en los congresos locales resultará fundamental – si así lo consideran – para la apertura de una agenda educativa permanente. Si por el contrario, se opta por cambiar palabras en la ley con la complicidad de unos cuantos, perderemos una nueva oportunidad de involucrar a quienes hacen posible la transformación educativa.
Hoy el congreso local puede hacer honor a nuestra identidad desde distintos frentes que verdaderamente prioricen nuestra diversidad y garanticen la eliminación de las barreras al aprendizaje y la participación. Estaremos atentos. - - - - -
* Normalista. Consultor.
Director de Sembrando Horizontes A.C.
Twitter: @FhernandOziel
Facebook: Fhercho Cruz Sembrando Horizontes A.C. (2018)
Es una organización de la sociedad civil que promueve y defiende el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes en el estado de San Luis Potosí a través de investigación aplicada, activación ciudadana y el impulso de proyectos educativos innovadores.
www.facebook.com/10xValles