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Esta semana la noticia que causó mayor revuelo, y no es para menos, fue la salida de 10 mandatarios, los que integran la llamada Alianza Federalista, de la Conferencia Nacional de Gobernadores, pero el tema no sólo es su abandono del órgano de contrapeso creado durante el sexenio foxista, las razones, son las que vale la pena analizar
02:06 miércoles 9 septiembre, 2020
EN LA OPINIÓN DE ERIKA SALGADOEsta semana la noticia que causó mayor revuelo, y no es para menos, fue la salida de 10 mandatarios, los que integran la llamada Alianza Federalista, de la Conferencia Nacional de Gobernadores, pero el tema no sólo es su abandono del órgano de contrapeso creado durante el sexenio foxista, las razones, son las que vale la pena analizar. No se trata de crear héroes o villanos, sabemos que tanto el gobierno federal como los gobernadores persiguen sus propios intereses y que no son precisamente los de los ciudadanos. Sin embargo, nadie puede negar que efectivamente como lo argumentó Javier Corral, Gobernador de Chihuahua, la CONAGO ha perdido su sentido, pues dejó de ser un organismo de interlocución, de diálogo, de representación y se convirtió en un simple objeto de ornato y eso quedó demostrado en la reunión de que San Luis Potosí fue cede y donde fue una sola voz la que se escuchó. Pero este rompimiento no es ninguna sorpresa, ya se anticipaba. En marzo, a raíz de la pandemia de COVID 19, gobernadores inconformes con el manejo del problema sanitario por parte del Gobierno Federal crearon su propio órgano de representación, la Alianza Federalista. Desde ese momento, con la creación de un subgrupo, ya marcaban su distancia no sólo del presidente, también de la CONAGO. En respuesta a la salida de un tercio de sus miembros, el presidente de la CONAGO, el gobernador de San Luis Potosí Juan Manuel Carreras, eludió su responsabilidad, argumentando que los disidentes estaban en su derecho y que no era la primera vez que había diferencias entre los miembros del órgano. El gobernador Carreras respondía como aludiendo que le tocó estar al frente del órgano en un mal momento, pero sin reconocer que la presidencia de la CONAGO se le ha ido de las manos y que no pudo cumplir la encomienda que seguramente el presidente Andrés Manuel López Obrador le hizo de equilibrar a los gobernadores, ni siquiera pudo atender a la principal función de la presidencia de la CONAGO que era la representación de los gobernadores y sus entidades federativas. Los mismos lineamientos de la Conferencia lo marcan así, dan a su presidente la responsabilidad de la representación de la Conferencia ante cualquier órgano o actor interno o externo, lo ponen como interlocutor y mucho más que eso, como defensor de la soberanía de los estados y aunque en el anuncio de su salida los gobernadores disidentes eximen a Carreras, éste ha dejado en claro de que lado está, cuando dijo que se seguirá construyendo con el gobierno federal. “Tenemos una agenda permanente con el gobierno federal”, señaló el mandatario potosino, más preocupado por su relación con la Presidencia que por cumplir como presidente de la CONAGO. Lo que se esperaba de Carreras es que fuera un representante firme, un mediador efectivo, un líder entre los gobernadores, pero nada de eso se cumplió y la evidencia es que la CONAGO hoy se tambalea y está en riesgo de caer. Carreras no logró mantener cerca ni siquiera a su vecino y aliado estratégico en temas económicos, el panista Diego Shinué, de Guanajuato y probablemente ahora tendra que reforzar sus relaciones con estados vecinos o podría ser recordado como el Gobernador al que se le derrumbó en las manos la alianza más importante entre gobiernos estatales, porque aún cuando la CONAGO ya venía moribunda, es en sus manos donde puede morir. Pero lo más grave está por venir, al menos para los ciudadanos, pues si habiendo una “coordinación” al menos simulada entre estados y gobierno federal, no se han alcanzado objetivos importantes como impulsar la economía, fortalecer la seguridad, garantizar el acceso a la educación y salud de calidad, etc, etc, etc, con estas divisiones se augura mucho más complicado. Lo que se viene es una guerra política y en medio estamos los mexicanos. El mismo presidente lo ha declarado abiertamente, quienes no están con él, son sus enemigos e incluso enemigos de la nación.
La gota que derramó el vaso fue el pacto fiscal, pero lo que hay de fondo es un desacuerdo profundo en la forma de relacionarse, nulo diálogo entre las partes y polarización avivada por intereses partidistas. Si Carreras como presidente de la CONAGO hubiera logrado por lo menos, mantenerlos en la mesa, hubiera marcado la diferencia, pero no fue así y ya veremos que sigue en la colaboración de los estados, que ha sido pilar fundamental para garantizar la gobernabilidad del país, el presidente no ha engañado a nadie, él sigue en su proyecto y plataforma, los gobernadores federalistas ya decidieron su lado político rumbo al 2021, la gran pregunta es si el Gobernador Carreras aprovechará su relación con el presidente de México y garantizará proyecto firme para San Luis Potosí o si simplemente dejará a nuestro estado a la deriva en manos de cualquiera.