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Esta semana dedicada al desarrollo de competencias que favorezcan su educación integral se ha denominado Semana Tec
00:42 lunes 29 julio, 2019
PERFIL EDUCATIVODurante la última semana del mes de octubre, los estudiantes del Tecnológico de Monterrey tendrán la oportunidad de adquirir ciertos aprendizajes y principios para la vida que difícilmente podrían lograrse en los cursos normales, tales como: defensa personal urbana –Krav Magá–, relajación y gestión de las emociones mediante el Chi Kung, mecánica básica del automóvil, primeros auxilios y nociones de inteligencia financiera. Esta semana dedicada al desarrollo de competencias que favorezcan su educación integral se ha denominado Semana Tec. En un momento determinado, estos conocimientos y habilidades pueden llegar a ser tan importantes o más que las aptitudes académicas al enfrentar retos cotidianos. Chi Kung Uno de los talleres a los que podrán inscribirse los alumnos de profesional es el de Chi Kung, que es una terapia medicinal de origen chino basada en el control de la respiración, con lo que se ayuda a eliminar las tensiones y el estrés, siendo un auténtico caudal de paz que aporta salud y vitalidad. Pertenece al mismo grupo que otras terapias como el Taichi o el Reiki. Todas ellas proceden de la tradición oriental y sustentan sus principios en la importancia de canalizar de forma adecuada la energía vital a través de los diferentes meridianos que recorren nuestro cuerpo.
Según dichos principios, el buen estado de la salud de cada uno dependerá de nuestra capacidad para conseguir el correcto equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu; y dicho bienestar se logra, principalmente, a través de la meditación y del control de la respiración. De hecho, la traducción literal de Chi Kung es ‘el trabajo de la respiración’, ya que este método terapéutico incide especialmente en la importancia de que nuestra respiración sea consciente y acompañe a cada uno de nuestros movimientos y pensamientos.
También conocida como “fuente de la juventud”, quienes la practican aseguran que les ayuda a eliminar las tensiones y el estrés del día a día y que es un auténtico caudal de paz que les aporta salud y vitalidad. La esencia del Chi Kung es la sincronización armónica de los tres procesos vitales: cuerpo, mente (corazón) y respiración. La tradición oriental se refiere a estos tres procesos como los “tres tesoros”. Por ello, la práctica de esta terapia requiere, a su vez, de tres pasos. El primero es el control del cuerpo, mediante la relajación. Debemos relajarnos, en este orden, nuestra mente, la respiración y, por último, nuestro cuerpo. La finalidad de esto es que, al hacerlo, se abran los canales o meridianos por los que circula nuestra energía vital permitiendo que ésta fluya de forma correcta.
El siguiente paso consiste en regular la respiración hasta que consigamos que se realice de forma constante y tranquila. Al este proceso, se recomienda la utilización de ocho palabras clave (o formas de respirar) que nos ayudarán a modo de guía a lograrlo de forma satisfactoria: Sosegada
Suave
Profunda
Larga
Continua
Uniforme
Lenta
Delicada Al final estaría el control de la mente o corazón. Este paso es intrínseco a los dos anteriores, es decir, si logramos relajar nuestro cuerpo y nuestra respiración con éxito, nuestra mente o corazón se relajarán y estarán en paz. La práctica de esta disciplina puede ser tanto estática como en movimiento. En cualquiera de los dos casos, es muy importante estar bien apoyado, es decir que nuestro cuerpo esté en una posición equilibrada y en contacto firme con el suelo. Para lograr que ese apoyo sea estable, el consejo que suele darse a quienes se inician en su práctica es que, como si de árboles se tratara, imaginen que de su cuerpo –si están sentados– o de sus pies –si es que lo están practicando de pie– nacen unas raíces invisibles, como una prolongación que los une firmemente a la tierra. Inteligencia Emocional y Chi Kung “No se sale adelante celebrando éxitos sino superando fracasos.”
Oscar Wilde Seguramente alguna vez nos hemos hecho alguna o algunas de las siguientes preguntas:
¿Por qué a algunas personas les va mejor en la vida que a otras que parecen ser más inteligentes o que cuentan con mayores conocimientos? ¿Por qué algunas, con alto Coeficiente Intelectual (CI) y que se destacan en su profesión, no pueden aplicar esta inteligencia en su vida personal o familiar, que va a la deriva, del sufrimiento al fracaso? ¿Y por qué otras con un alto CI, terminan trabajando para otras que tienen un CI más bajo, pero que saben conectarse, relacionarse mejor e influir en los demás?
¿Qué factores entran en juego, cuando las personas que tienen un elevado CI tienen dificultades y las que tienen un CI modesto se desempeñan sorprendentemente bien?
La respuesta generalmente se encuentra en una serie de competencias, que llamamos Inteligencia Emocional, que es una medida en que nuestras emociones favorecen nuestras competencias cognitivas, logrando un equilibrio emocional que nos permita pensar claramente, planificar, evaluar y encontrar mejores soluciones a los problemas y a los conflictos. Definen el límite de nuestra capacidad para utilizar nuestras habilidades mentales innatas, y determinar nuestro desempeño en la vida.
La Inteligencia Emocional incluye: el autodominio, la persistencia y la capacidad para motivarse a uno mismo. En la medida en que estamos motivados por sentimientos de entusiasmo y placer, directos o indirectos, con respecto a lo que hacemos -o incluso por un grado óptimo de ansiedad-, esos sentimientos nos conducen a los logros. Es en este sentido que la Inteligencia Emocional es una aptitud superior, una capacidad que afecta profundamente a todas las otras habilidades, facilitándolas o interfiriéndolas. Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad.
Lo interesante es que estas habilidades pueden enseñarse a los niños, a los jóvenes y aún a los adultos, dándoles así mejores posibilidades de utilizar su potencial intelectual. El Chi Kung, es así una herramienta poderosa de gestión emocional
La combinación de un talento razonable y la capacidad de seguir adelante ante las derrotas es lo que conduce al éxito, como lo expresó Oscar Wilde en la frase citada en este texto.