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Contrariamente a lo que se puede pensar, el acondicionamiento físico y el uso o adiestramiento sobre el arma de fuego no son lo más relevante para la seguridad del policía. El elemento principal es su adecuada preparación psicológica (acondicionamiento mental) que proporcionará la base para todas sus decisiones.
02:08 jueves 9 agosto, 2018
ColaboradoresAbordaré este tema con una remembranza personal, ya que inicié mi vida profesional como un elemento de seguridad desde el año 2005 al 2008 en la Procuraduría del Gobierno del DF y desde el año 2009 al 2016 en la Procuraduría del Gobierno del Estado de San Luis Potosí, en ambas procuradurías mi incorporación laboral fue identificada nominalmente desde un inicio por un (CUIP), lo cual, para que se entienda y de la mejor manera para aquellas personas que no están familiarizados con estos conceptos, es un número o nomenclatura única para un elemento o policía que pertenece a una institución de seguridad en todo el país y en estos 11 años de mi permanencia en las dos procuradurías como perito Criminalista, pasé por 6 exámenes de Control de Confianza para acreditar la aptitud y pertinencia profesional, no obstante siempre he observado que el tema fundamental de mi pasado laboral, fue o ha sido siempre la preparación y evaluación Psicológica, ya que desde mi perspectiva la actuación en el lugar de la investigación, está directamente relacionada con el equilibrio y adecuado estado mental, lo cual permite identificar anticipadamente las amenazas y ensayar las acciones de respuesta en razón de la forma de actuar de los operadores que intervienen en el lugar de los hechos. Por lo anterior es preciso señalar que la función de la Academia de Seguridad Pública del Estado de San Luis Potosí es tan trascedente para el devenir de los futuros elementos de seguridad en su preparación Psicológica, ya que es la Dirección General que tiene como objeto: la formación inicial, actualización, profesionalización, especialización, y alta dirección; teórica y práctica en materia de seguridad pública del personal sustantivo y de servicios que integran a las distintas instituciones de Seguridad Pública en el estado. El trabajo académico de la ASPE tiene como orientación y bases el Programa Rector de Profesionalización, principal instrumento de política pública en materia de profesionalización. Es fundamental que la Policía proporcione a sus efectivos policiales, o primeros respondientes o peritos, orientación adecuada para que puedan sobrellevar las tensiones propias de situaciones en las que sus vidas estuvieron en riesgo, o aquéllas en que emplearon la fuerza o las armas de fuego. De igual manera, el policía deberá contar con la preparación psicológica mínima para atender y apoyar a las personas que recurren a él, en particular a las víctimas de delitos.
Para conseguir el perfil más adecuado para un puesto de policía es necesario realizar una evaluación exhaustiva de la personalidad del candidato. Para ello se realizan varias aplicaciones de tests tan conocidos como el 16PF, el STAI, el CAQ o el SIV con los que poder diferenciar el tipo de personalidad más adecuada para cada puesto. Las estadísticas nos indican que casi el 80% de los aspirantes a policía no consiguen superar el examen de personalidad. Muchos aspirantes intentan superar esta criba realizando una y otra vez los distintos tests, pensado que así conseguirán dar las respuestas “acertadas” a los ítems y pasarán la prueba. Lo que muchos no tienen en cuenta es que nunca se sabe exactamente cuál es el perfil exacto que se busca en ese momento ni que ese perfil será diferente dependiendo del puesto que pretendan ocupar. De esta manera, aunque existan unos rasgos generales aceptables, es muy difícil saber que aspirantes serán seleccionados y cuáles no. Lo más adecuado es contestar con total sinceridad y así evitar responder de forma contradictoria a diferentes ítems que, en realidad, están midiendo la misma característica. La profesionalización es un proceso permanente y progresivo para desarrollar al máximo las competencias, capacidades y habilidades de los integrantes de las instituciones policiales. La ASPE como institución comprometida en coadyuvar al cumplimiento de las políticas públicas y el Plan Estatal de Desarrollo pone al alcance de sus alumnos a través de la comunidad educativa, las herramientas académicas necesarias para el óptimo desarrollo profesional de los servidores públicos de la seguridad en el estado en cualquiera de las áreas en que trabaje. El entrenamiento debe tener el mayor realismo posible. Muchas situaciones operativas pueden ser simuladas durante los entrenamientos. Si los futuros elementos de seguridad no se preparan mentalmente para las eventuales situaciones de peligro, muy probablemente tendrá un desempeño no deseado, pudiendo incluso quedarse paralizado y ser víctima de los acontecimientos. Es vital preguntar y discutir con sus instructores, intercambiar ideas, realizar simulaciones solo o con el equipo específico, aprovechando experiencias de otros policías recogidas en reportajes de prensa, testimonios de sus compañeros y todo lo que sea necesario.
Contrariamente a lo que se puede pensar, el acondicionamiento físico y el uso o adiestramiento sobre el arma de fuego no son lo más relevante para la seguridad del policía. El elemento principal es su adecuada preparación psicológica (acondicionamiento mental) que proporcionará la base para todas sus decisiones.
Las emociones como la cólera, la ira, la compasión y el miedo son estados de ánimo que influyen directamente en el accionar del efectivo policial. El dominio de estas emociones le permitirá mantener un comportamiento equilibrado y realizar las operaciones policiales de manera apropiada. El control emocional permite mantener la serenidad ante el peligro y es el valor principal para enfrentar situaciones de riesgo, garantizando el éxito de la intervención policial y haciendo prevalecer el sentido de justicia y de respeto de los derechos humanos de todas las personas involucradas. Ignorar el peligro no es la mejor manera de vencerlo. Reconocer una situación de amenaza requiere de una capacidad de respuesta basada en una inteligente decisión
En conclusión nuestros elementos o policías potosinos deben de actuar con la fuerza, así definida, pero debe aplicarse mediante un acto discrecional, legal, legítimo y profesional que le brindará la preparación psicológica adecuada ya que todo empleo excesivo de la fuerza se convierte en violencia y, por tanto, es percibido como un acto arbitrario, ile-gal, ilegítimo y no profesional. Debe quedar claro para los efectivos policiales que “FUERZA NO ES VIOLENCIA”.