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En supermercados las medidas sanitarias hasta parecen exageradas, pero en este tradicional centro de abasto prácticamente no existen
01:53 sábado 23 mayo, 2020
San LuisMientras el Gobierno federal pudo lograr que los supermercados impusieran medidas de prevención sanitaria por el COVID-19 en todas sus tiendas, los mercados tradicionales del Centro Histórico como el Mercado República, prácticamente siguen laborando sin medidas de prevención o muy escasas, pues en su mayoría los vendedores de este mercado laboran “como Dios les da a entender” y sin la presión de las autoridades. En una visita que hizo el equipo de información de GlobalMedia, se pudo descubrir que al interior del mercado se tienen mínimas reglas de prevención de contagio por coronavirus. Y es que al entrar al mercado nos recibe una persona identificada como parte del ayuntamiento capitalino para rociar líquido sanitizante en las manos de los clientes que deciden hacer sus compras en este tradicional centro de abasto. Lo primero que se observó es que el mercado no está abierto en su totalidad y que hay varios locales que permanecen cerrados, algunos por la contingencia y otros porque tuvieron que bajar las cortinas para siempre.
En la zona de venta de productos de canasta básica, varios puestos tienen unos letreros con la leyenda: “Estimado cliente por medidas de prevención al COVID-19 favor de formarse únicamente la persona que va a comprar y mantener una sana distancia de 1 metro”. Sin embargo, el letrero se convierte en un adorno más del local, pues se pudo constatar que la fila de los compradores no seguía este criterio, pero además la mayoría de los vendedores ni siquiera usan cubrebocas, guantes o cuentan con alguna botella de gel antibacterial al alcance, al parecer con el paso de las semanas las medidas de prevención se han relajado. Cuando se llega a la zona de frutas y verduras… ahí el paisaje es aún más inquietante. Y es que se logró ver que decenas de potosinos realizan sus compras tratando de no chocar con los cargadores y en medio de las demás personas que van por sus alimentos para la comida del día siguiente. En momentos se pudo observar que solo algunos llevaban sus mascarillas, pero eran muy pocos. Al final, si se tiene hambre y se desea llegar a la zona de comidas y cenadurías; ahí el escenario pareciera dar muestras de que se quiere estar prevenidos. Pero nuevamente nos topamos con esa realidad que no se puede evitar. En algunos locales se ve a comensales conviviendo en la misma mesa, 3 o 4 personas de cerca, en promedio por local; son cerca de las 13:00 horas del día y las personas esperan su comida. Algunos músicos buscan ganarse una moneda sólo a unos pasos de los comensales que disfrutan de sus melodías, otros locales forraron sus sillas con hule de paquetería para ofrecerlos a sus clientes que decidan comer al momento, pero todos los mencionados sin la tan miles de veces mencionada “sana distancia”… aquí, aquí pareciera que nunca llegó y parece que jamás va a llegar. Porque como nos dijo un vendedor de frutas de este mercado justo antes de salir del mismo: “Aquí la gente no cree en esa madre (el coronavirus), pero hay que movernos, ni modo. Porque si no vendemos entonces no tendremos ni para comer y entonces si nos vamos a morir”.