La tradición, los usos, las costumbres, los vicios han hecho que los políticos sepan que en algún momento deberán, por sus intereses, alinearse, aliarse o hacerles el juego a algunos de sus iniciales opositores de manera clara o tras bambalinas. Esto se llama dar el “chaquetazo”. El totalitarismo, autoritarismo, la visión seudodemócrata, donde “la democracia soy yo”. El nulo respeto a la división de poderes del “pastor de palacio”, vuelve a quedar al descubierto con la cooptación de nueve diputados que abandonan al PRD, aunque digan que no se van a Morena. Como en los años sesenta se tiene el control de las cámaras, del Poder judicial, cosa que ya había anunciado que quería para su pretendida 4T, lo grave es que diga que sigue el ejemplo de su paladín Juárez. Tiene todo el poder como quería, como lo dijo, ahora sí agarrémonos.

Dentro de esos nueve diputados que le chaquetearon al PRD aparece el junior de la “G”, a quien siendo coordinador de la bancada amarilla, es probable que la cooptación se diera, a que bien se encontró el expediente desaparecido o “lolita” volvió a revisarlo. O alguna otra configuración, quizá de las que andan de boca en boca como posible amenaza. Y de manera positiva a lo mejor le prometieron la candidatura para dentro de dos años y medio, total ha dicho que quiere ser gobernador. Vamos en resumen se pudo acudir a la vieja estrategia priista de “amenaza y promesa como recompensa”, negociación (¿?) heredada de los 60, 70s. Esta es la real 4T, no nos hagamos y esos con los chaqueteros. Y de pena la carta, del junior de la “G”, malo para la política, malo para el discurso, malo en conocimientos jurídicos y ahora pésimo en su despedida y justificación de su salida del PRD, pues quién le cree que sea de izquierda, y de cuál izquierda la de sus intereses. Si a esto sumamos que ya está lista la Guardia Nacional, (que no su pretoriana tipo anuncio chocolate Carlos V) la cual, según el “pastor de palacio” será como los cascos azules de la ONU (se burla de nosotros)  Estamos de nuevo ante la “dictadura perfecta”. Y vean cuántos “chaqueteros” son ya, en el poder judicial, en el legislativo y no dudemos que pronto un grupo empresarial se rinda.