Los papeles se intercambiaron este jueves en Foxborough; Alex Smith fue el quarterback de élite, mientras que Tom Brady miró la exhibición de los Chiefs como un espectador más. Kansas City le pegó 42-27 al campeón defensor de la NFL, New England Patriots, y dio la gran sorpresa en el kickoff de la temporada 2017. Smith jugó el mejor partido de su carrera, al completar 28 de 35 pases para 368 yardas y cuatro touchdowns, pero lo más importante es que estuvo inmaculado y no cometió los errores que varias veces lo han dejado marcado. El inicio no fue esperanzador para los Chiefs, pues su defensiva se vio muy débil en la primera serie ofensiva de los Pats, que terminó con un touchdown por tierra de Mike Gillislee. Además, el corredor novato Kareem Hunt perdió el ovoide en el ataque inicial de Kansas City. Sin embargo, Hunt cambió el chip a partir de su error y tuvo un debut que no hubiera imaginado ni en sus sueños. Terminó con 246 yardas totales y tres touchdowns, dos por aire y uno por tierra. Después de un comienzo flojo, la defensiva de los Chiefs también ajustó y le complicó la vida a Brady, quien en la última serie ofensiva de los Pats en el partido fue capturado dos veces y estuvo al borde de sufrir un safety. El MVP del Super Bowl LI completó solo 16 de 36 pases para 267 yardas y no tuvo envíos de anotación. Rob Gronkowski pasó desapercibido y Danny Amendola abandonó el partido por una conmoción. La figura en zona roja para los Pats fue Gillislee, quien terminó el encuentro con tres anotaciones. El coach Bill Belichick no había perdido un partido inaugural de temporada en casa desde su primera campaña al frente de los Patriots en el 2000, cuando Drew Bledsoe era el quarterback titular y cayeron 21-16 ante los Tampa Bay Buccaneers. En la era de Belichick como entrenador, los Patriots nunca habían permitido tantos puntos. Además, las 42 unidades anotadas este jueves por Kansas City son la mayor cantidad recibida por el equipo desde que los New York Jets se impusieron 45-7 en septiembre de 1993.

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Mediotiempo