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Esta semana, el Instituto Mexicano para la Competitividad presentó su índice que evalúa el desempeño económico en 73 ciudades de México, y así vamos
00:06 viernes 13 noviembre, 2020
VIRALESEsta semana, el Instituto Mexicano para la Competitividad presentó su índice que evalúa el desempeño económico en 73 ciudades de México, y así vamos. En 2010 éramos la segunda economía del país de acuerdo con el Índice de Competitividad Urbana del Instituto Mexicano para la Competitividad. En 2012 manteníamos la segunda posición después de la Ciudad de México. En 2014 bajamos al lugar 10 y en el 2016 mejoramos a la sexta posición, en 2018 bajamos nuevamente hasta la posición 14 y para 2019 nos recuperamos para llegar a la posición 10. Es decir, en esta década hemos bajado de la posición 2 a la 10 y actualmente mantenemos el índice de hace 6 años. Si consideramos las ciudades de más de un millón de habitantes, alcanzamos el sexto lugar. El índice de competitividad urbana se integra con 70 indicadores agrupados en 10 ejes de análisis. Resulta que somos el segundo en sociedad, quinto en mercado, factores precursores, y en innovación; sexto en medio ambiente y en economía, octavo en relaciones internacionales; bajamos al noveno lugar en derecho, onceavo en sistema político, y llegamos al quinceavo lugar en gobiernos. Ocupamos el sexto lugar entre las ciudades más pobladas y competitivas de México, pero es necesario mejorar en relaciones internacionales, derecho, sistema político y gobiernos. Si bien nos encontramos en el top10 de las economías urbanas o sexto entre las ciudades de más de un millón de habitantes, es importante reconocer que no hemos tenido un crecimiento sostenido; en parte se explica porque después de un periodo de crecimiento que habíamos tenido a nivel nacional, estos últimos dos años la actividad económica en zonas metropolitanas registró una caída de 0.8%; pero también porque ahora competimos con las grandes ciudades y antes éramos considerada una ciudad pequeña; tal vez otra posible explicación es que no tenemos a la fecha un programa de desarrollo urbano autorizado que nos permita obtener beneficios de la urbanización y generar un proyecto de ciudad. Pueden existir diversas causas, ya que la competitividad es un tema no sólo económico, sino de gobierno, social, ambiental y de relaciones En este sentido, es necesario el desarrollo de una política integral que permita mejorar la competitividad entre cambios de administración municipal, ya que, según el IMCO, hay que esperar cinco años para medir el impacto de la política y la actividad económica municipal. Bajo esta idea, es importante precisar que el indicador presentado por el IMCO en 2020 es elaborado con datos del 2019 y es resultado de una política implementada entre 2014 y 2018. La influencia del COVID-19 nos ha demostrado que somos altamente vulnerables a las condiciones ambientales y de salud. Sí reconocemos que las ciudades son el motor económico de las naciones, en México concentran el 64% de la población y el 87% del PIB; es importante revalorar los ambientes resilientes como parte de la competitividad, en esta lógica, la gestión de riesgos se vuelve un elemento fundamental para la política de desarrollo urbano. Sobre este tema de la Emergencia Sanitaria, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y la Organización de las Naciones Unidas desarrollaron para México una metodología que apoya la recuperación económica y social de los municipios en la época post COVID-19. Debemos reconocer que las ciudades competitivas de hoy y del mañana, cuentan y deberán tener sistemas de atención integral de riesgos y desastres. Por todo lo anterior, la competitividad y la resiliencia son ahora el nuevo binomio urbano.