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Esto resulta preocupante. Si no se comunica con claridad las expectativas hacia las escuelas y no acompañamos el proceso de implementación desde la sociedad, estaremos repitiendo el fracaso de la implementación de la política educativa y condenando a una nueva formación de ciudadanos.
01:05 miércoles 28 agosto, 2019
ColaboradoresSiempre dispuestos. Así inician el Ciclo Escolar 2019-2020 más de 33 mil docentes a todo lo largo y ancho de nuestro estado. Es cierto que la incertidumbre provocada a nivel federal es un hecho. Sin embargo, donde algunas personas observan esta condición, para otros es una gran oportunidad para seguir impulsando el derecho a prender de las niñas, niños y jóvenes (NNJ).
Aún cuando el marco legal de la Reforma Educativa permanece incompleto, las exigencias propias de la dinámica escolar en la realidad no se detienen. A pesar del discurso oficialista (triunfalista) la “capacitación” a las y los profesores no se fundamentó en un marco legal claramente establecido. Los Consejos Escolares se convirtieron en reuniones que apremiaron la resolución de una guía, antes que profundizar en conceptos innovadores y estrategias contextualizadas para la mejora continua de la comunidad escolar. Esto resulta preocupante. Si no se comunica con claridad las expectativas hacia las escuelas y no acompañamos el proceso de implementación desde la sociedad, estaremos repitiendo el fracaso de la implementación de la política educativa y condenando a una nueva formación de ciudadanos.
Reformas van y vienen, pero es en la escuela, específicamente la práctica docente la que permitirá enfrentar y superar los principales desafíos de este “nuevo” modelo. Es decir, incorporar elementos como la participación de NNJ y una visión incluyente en los procesos de aprendizaje permitirá acercarnos, cada vez más y mejor, a una cultura de comprensión del otro. Para ello, el derecho a aprender de las y los maestros resulta fundamental promoverlo desde la misma comunidad. Espacios para dialogar con sus pares, tiempo dentro de su jornada para planear sus clases y evaluar a los estudiantes, una red de apoyo para atender estudiantes con barreras para el aprendizaje y la participación son propuestas que podrían marcar una diferencia significativa en el quehacer docente, lo cual impactaría en la calidad de atención hacia sus estudiantes, nuestros hijos. Hoy se habla mas de los libros de texto gratuitos como la panacea del logro de aprendizaje, cuando la evidencia indica que es el maestro es el elemento que más impacta en la construcción del aprendizaje en sus estudiantes. Así, desde la sociedad, debemos acompañarle para hacer mejor su labor. Establecer relaciones de confianza entre las familias y la escuela, es un paso fundamental para reducir la brecha de indiferencia de una u otra parte. No nos equivoquemos, la educación es nuestro proyecto social mas importante. No es de un gobierno, partido o sindicato. Es de todos. Pero en esto, las familias debemos reclamar, con acciones pertinentes, el espacio público que nos pertenece: La escuela. Si logramos, desde nuestras trincheras, instrumentar la importancia del aprendizaje y la escuela como el principal vehículo de movilidad social, estaremos dando un paso adelante y marcando una diferencia más allá de programas gubernamentales. Desde la autoridad, sobre todo en niveles locales, hace falta un mayor compromiso para apostarle a los procesos educativos. Escudarse en la ley, para solo ofrecer herramientas o apoyos de infraestructura, permite caer en la comodidad de “ayudar” con cuestiones tangibles. No es que sea negativo, sin embargo el verdadero reto es la transformación de las interacciones y esas ocurren en cada una de las localidades. Un claro ejemplo es lo relacionado con la atención al Desarrollo Integral de la Primera Infancia (DIPI). A pesar de ser una necesidad sentida y que haya sido establecido en la reforma al artículo tercero de mayo de 2019, pocos gobiernos están preparándose para hacer realidad esta oportunidad para los mas jóvenes. Mientras que en estados como Sinaloa, el programa “Primero de primaria es muy tarde” ha comenzado a apostarle a una nueva generación de ciudadanos desde los primero años de vida con una cartilla de seguimiento desarrollada por un neuropediatra, con la formación de cuidadoras especializadas en etapa de cero a tres años y el fortalecimiento de capacidades del nivel de preescolar, con la asignación de presupuesto para el seguimiento y evaluación del programa, otros gobiernos locales prefieren (lo cual no significa que no son necesarios) construir bardas y sustituir lámparas como banderas de progreso.
Como observamos, reformas vendrán en el futuro pero lo realmente trascendental es dar un cambio de timón en donde “aterriza” lo que se discute a manera de ley: La escuela. Los gobiernos locales tienen que avanzar en la implementación de políticas públicas que impacten en el desarrollo de las NNJ. Es decir, generar capacidad instalada en las personas y no en las paredes. Vayamos en búsqueda de la transformación educativa con el apoyo de todos. Desde las familias, apoyando a los maestros y exigiendo a la autoridad local. Sin duda, para garantizar el derecho a aprender de las NNJ implica defender el derecho a aprender de sus maestros y eso, con o sin reforma, debemos impulsarlo desde la sociedad porque, repito, es nuestro proyecto social mas importante. - - - - - * Normalista. Consultor. Director de Sembrando Horizontes A.C.
Twitter: @FhernandOziel Facebook: Fhercho Cruz Sembrando Horizontes A.C. (2018) Es una organización de la sociedad civil que promueve y defiende el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes en el estado de San Luis Potosí a través de investigación aplicada, activación ciudadana y el impulso de proyectos educativos innovadores.
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