uan Reynoso vuelve a poner su nombre en la historia de Cruz Azul. El técnico peruano ahora es el primer estratega en lograr 11 victorias consecutivas con la Máquina, tanto en torneos cortos como largos. Esta noche, pese a un juego que generó dudas, una genialidad eJonathan Rodríguez le dio la firma a la victoria celeste sobre F.C Juárez en la frontera. Y es que parece que no hay nada que detenga a esta Máquina que llegó a la frontera sin frenos pese a que se augura poca fortuna luego de que se diera a conocer que Luis Romo no viajaba y además, le daría descanso a Orbelín Pineda y Roberto Alvarado. Luego del parón por Fecha FIFA, Reynoso apostó por un once alterno para darle descanso a sus jugadores que participaron con la Selección Mexicana de Gerardo "Tata" Martino y con la de Jaime Lozano. La decisión le pesó al estratega, pues si bien llevó Orbelín Pineda y Roberto Alvarado para tenerlos de cambio, Luis Romo no hizo el viaje y sin duda faltó en el medio campo. Por su parte, Alfonso Sosa presentó lo mejor disponible y con ello el regreso de Marco Fabián tras su aislamiento por faltar a las reglas sanitarias de la Liga MX en medio de la pandemia. Así, ambos estrategas se plantaron en el Olímpico Benito Juárez. La primera parte del enfrentamiento se centró en el medio campo, tanto Edmundo Vázquez Mellado como Jesús Corona tuvieron poca actividad. Ni Elías Hernández, ni Yoshimar Yotún y mucho menos Rafael Baca pudieron darle esa profundidad a la escuadra y así suplir las bajas. Por su parte, Jonatha Rodríguez y Bryan Angulo lucieron solos, sin balones, ni llegadas. Joaquín Esquivel se convirtió en el dolor de cabeza de Baca, a tal grado que ocasionó que el cementero fuera amonestado con apenas 13 minutos en el reloj, una tarjeta innecesaria que terminó pagando con su salida al medio tiempo por Roberto Alavrado. El técnico peruano le dio lectura a su partido y de regreso a la parte complementaria le dio entrada al Piojo y unos minutos después a Orbelín Pineda para recomponer. Y sí, llegó el dominio y un par de oportunidades con Juan Escobar, sin embargo, nada que pudiera darle el ansiado gol. Momentos después, Escobar salió por calambres y la defensa celeste mostró un desequilibrio que los fronterizos aprovecharon con un par de jugadas de peligro. Afortunadamente, ninguna con puntería. Cuando todo parecía quedar en un empate y una crónica hablando de la desaceleración de la Máquina, apareció Montoya con un trazo largo al centro que encontró Cabecita, controló y definió para vencer a Mellado. La Máquina pitó y con un juego poco atractivo sumaron su victoria número 11 para convertirse en históricos y dejar atrás la marca de la temporada 1971-1972 que había quedado escrita como la mejor para los celestes, además de que en aquel año se obtuvo el título.