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A unos días de llevarse a cabo (como cada 6 años) el cambio de Gobierno en el Poder Ejecutivo Federal en México, la inquietud que prevalece entre los ciudadanos además de considerable es inédita.
23:50 martes 27 noviembre, 2018
ColaboradoresA unos días de llevarse a cabo (como cada 6 años) el cambio de Gobierno en el Poder Ejecutivo Federal en México, la inquietud que prevalece entre los ciudadanos además de considerable es inédita. Nuestro País durante más de 7 décadas (fue víctima y) testigo de la presencia de un solo partido y grupo político, al frente del destino de nuestra Patria, después de algunas décadas de esfuerzos, luchas y enfrentamientos sociales, se comenzaron a abrir los espacios de representación ciudadana, con la apertura misma (con mucho esfuerzo, sudor y sangre) de las instituciones que se encargaban de la trasparecía, los derechos humanos y los procesos electorales, la suma de esto dio como resultado que en el año 2000 encontráramos la alternancia con el arribo de un partido político diferente al que estaba “enquistado en el poder” ya durante más de 7 décadas, la llegada de la verdadera democracia , también trajo la experiencia de la una oferta diferente, verdadera competencia entre los partidos políticos mexicanos, para beneficio de los ciudadanos, la derecha encontró en el poder, la enorme maquinaria de difícil operación, complicada manera de bajar las líneas de discurso a las acciones, además de controlar a cientos y miles de servidores públicos y la incómoda presencia de muchos interés que se negaban a cambiar a la par del perfil en el Gobierno. Después de 2 sexenios el partido que dejo el poder en 2000, regreso convenciendo a los mexicanos que sería una nueva versión de la política y el servicio público, que la oposición no supo gobernar como lo prometió, que atrás quedarían los vicios que lo hundieron por el excesivo abuso del poder durante varias décadas, siendo fábrica de millonarios en un país cada vez más pobre, situación que tristemente no se cumplió en la persona de un perfil muy débil que se debilito mucho más hasta llegar a niveles bajísimos de aceptación publica al final de su gestión. Finalmente en 2018 nuevamente se da la alternancia esta vez con la oferta de un movimiento (Morena) de izquierda, que se constituye como la tercera opción de elección después de la pasarela fallida de los 2 partidos en el poder. Es previsible que al cambiar un Gobierno Federal, los contrincantes, detractores políticos o afectados con el cambio de estafeta se encargaran de “satanizar” la rotación de esta posición. Y en particular en esta ocasión cuando quien ostentara el poder, durante los próximos 6 años es alguien que lo busco (de manera obsesiva) durante los anteriores 15, participando en las últimas 3 elecciones a este cargo, primero por 1 partido político (2 veces) y finalmente por un movimiento social, creado por el mismo aspirante, ya convertido en mártir y “mesías” que convecino a la mas de 3 decenas de millones de mexicanos en julio pasado. Pero también debemos entender que la democracia, le da la oportunidad a cada fuerza política de presentar su plataforma u oferta política, incluidos los perfiles que propone para llevarla a cabo, hacer una campaña y llegar a una elección donde se gana o se pierde; en caso de perder aceptar esta realidad y en caso de ganar, enfrentar la responsabilidad y expectativa de los votantes que siendo mayoría serán más exigentes. No es necesario estar inquietos. Esta inquietud radica principalmente en que “la bandera” de gestión del nuevo Gobierno, es tan ambiciosa que pretende convertirse en la Cuarta Trasformación del país, anteriormente fueron las Reformas Estructurales (Con Enrique Peña) y la Guerra contra el Narcotráfico (Con Felipe Calderón), este atrevimiento de contar con la confianza total en su equipo y proyecto, para alcanzar un lugar en la Historia como los constructores de la Cuarta Transformación de México aun antes de iniciar su sexenio, también coloca automáticamente la exigencia de sus adversarios políticos y la expectativa de los votantes (sin partido) con anterioridad al arranque formal de su gobierno, desgaste que se sumó a las consultas públicas (carentes de valor institucional) pero con toda la intención de agradar “al respetable” como apapacho inmediato del máximo maltratado recibido en los últimos gobiernos. Hoy en el previo del arranque del Nuevo Gobierno en México, este deberá demonstrar que no solo se convirtió en experto en ser “oposición” en los últimos 15 años, si no que de manera inmediata también sabrá ser gobierno, con la máxima exigencia de los mexicanos que ya queremos ver frente a nosotros esa tan mentada “Cuarta Transformación” aunque no veamos ideas de vanguardia, ni equipo visionario, ni perfiles probados para alcanzarla, pero inquieto si por saber que pronto iniciara. Jorge Armendáriz Gallardo
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