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Tercer gran mañanera
00:08 miércoles 1 septiembre, 2021
DESDE LA REDACCIÓN SLPEl tradicional sonido de los vítores y gritos, aplausos y loas al primer mandatario de la nación paralizaba por completo a todo un país. Las escuelas cerraban, las fabricas no necesarias de trabajo imparable y las calles se vaciaban para presenciar el ceremonial religiosamente pomposo del informe de gobierno presidencial. A principios de la administración de Vicente Fox, los enfrentamientos con la clase política de oposición -PRI y PRD- le impidieron ingresar al tradicional recinto de San Lázaro a emitir su mensaje a la nación y todo se limitó en la entrega de un documento con la obligación constitucional de informar lo realizado en un año de trabajo. Y de ahí en adelante el boato se cambió por mensajes en su Palacio. Un año era mucho. El presidente López Obrador se ha desgañitado en informar lo que su gestión ha hecho cada 15, 30, 45 o 90 días, y según la efeméride a celebrar: el triunfo electoral, la toma de protesta, la caída de Tenochtitlan o el recuerdo a su Primera Comunión.
Sin contar, que no cuentan, “las mañaneras”, porque esas son aparte. El gobierno federal ha procurado mantener en la palestra a su titular mismo, o él así lo decide. Y entonces el ejercicio de comunicación ha pasado a ser un entretenimiento diario o musical o critico contra sus críticos, donde informar es dar a conocer las respuestas a preguntas hechas a modo y en este caso para su tercer informe de actividades, que deberían ser los únicos, sus propios datos, “sus otros datos”. Ya no es aquello que vivíamos antes, ya hoy será su “Tercer gran mañanera” constitucional. Hasta mañana…