El tema sanitario y el alza a los contagios de estos últimos días, esperando escuchar el discurso del mandatario estatal Juan Manuel Carreras López sobre las acciones que se tomaran en el sector económico, educativo y la misma salud, nos redirige precisamente a eso: esperar. La discusión y nula autoridad por parte de los tenedores y garantes de ella, gobierno estatal y municipal, en las acciones para regular el comercio establecido e informal. Que si bien lo que se busca es limitar horarios y afluencias para evitar contagios en plazas y comercios formales, por una parte, el tianguis y la Plaza de Armas viven dentro del desorden y descontrol. Se acerca la fecha clave del día 30 de agosto, propuesta del gobierno federal a abrir las instituciones y que la voluntad sea el primer permiso para acudir de nueva cuenta a los centros educativos y a la convivencia que también por humanidad se debe tener después de un año y medio de “separación” social. Y el escándalo de las compras millonarias en la secretaria de salud por más de 120 mdp cuya “publicidad” ha trascendido de lo local a los medios nacionales, como tema desde hace mas de dos años sin resolver. No hacen mas que sumar circunstancias finales que quedan reflejadas en los indicadores de estudios como el Instituto Mexicano para la Competitividad que coloca a San Luis en la mediocre media del lugar 14 de 32 entidades en competitividad.

Entendiéndose esta, como las oportunidades que el estado como administración ofrece también como garantías para un bienestar en negocios e inversión y calidad de vida. Buena calificación en innovación y desarrollo de patentes, además de la inversión extranjera, pero grandes deficiencias en transparencia presupuestal y mejora regulatoria. Una gran brecha salarial entre hombres y mujeres. Entre grupos sociales. Ejemplo, el estado vecino de Querétaro, que por años fue vista su capital como una simple paso aburrido y polvoso de la carretera central. Hoy se coloca encima que San Luis. ¿Y San Luis?: ¿Tiempo perdido u oportunidades perdidas? Hasta mañana…