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El pasado 23 de Mayo había un cita histórica para la democracia potosina, el primer debate convocado, organizado y realizado desde lo local entre los candidatos a un cargo de elección popular, en este caso, el ejercicio era entre los candidatos a Diputados Federales por el Segundo Distrito, ejercicio que no se realizó debido a que de último minuto dos de los tres candidatos declinaron de participar.
00:22 jueves 7 junio, 2018
EN LA OPINIÓN DE ERIKA SALGADOEl pasado 23 de Mayo había un cita histórica para la democracia potosina, el primer debate convocado, organizado y realizado desde lo local entre los candidatos a un cargo de elección popular, en este caso, el ejercicio era entre los candidatos a Diputados Federales por el Segundo Distrito, ejercicio que no se realizó debido a que de último minuto dos de los tres candidatos declinaron de participar. Los candidatos ausentes estaban en su derecho de no participar, pues la ley no obliga a ello. Sin embargo, por encima de su derecho está el de los ciudadanos a escuchar, analizar y contrarrestar sus propuestas como quienes buscan ser “contratados” para un cargo de elección y representación popular. Lamentablemente no han sido los únicos en desairar, por cuestiones de decisión o de agenda, ejercicios como ese, convocados desde los órganos electorales o desde la sociedad civil. Candidatos a alcaldías, diputaciones locales y federales y hasta al Senado, al no verse obligados por ley, están eludiendo a la exigencia de la ciudadanía. Ante este escenario, las campañas electorales se han convertido en pasarelas y en discursos unidireccionales, alejados del interés real de los electores. Hace unos días, en GlobalMedia preguntábamos a politólogos y empresarios si los candidatos y la candidata a la alcaldía capitalina estaban presentando propuestas claras sobre la problemática cotidiana y los temas de interés para los ciudadanos, la respuesta fue tajante, no, no lo están haciendo, ni ellos ni el resto de los candidatos. Y ¿cómo lo van a hacer si el diálogo no existe?, defenderán los aspirantes que sí, pues están “caminando las calles de San Luis”, pero no es lo mismo llegar con la comitiva partidista a recorrer las colonias donde previamente su equipo ya les armó el recorrido y les pactó los “encuentros casuales” a sentarse frente a frente con el resto de quienes buscan la misma chamba, a tratar de demostrar quien tiene el mejor proyecto. ¿Cómo va a existir diálogo si desde sus cuentas de redes sociales bloquean a quienes los cuestionan?, ¿cómo va a existir diálogo si no acuden a los foros a los que se les convoca?, ¿cómo va a existir diálogo si no abren los canales, si apuestan a anuncios publicitarios y no a charlas abiertas? Lamentablemente es la ley electoral, esa misma que los partidos dibujaron y aprobaron, la que les da esa manga ancha para hacer de estas campañas una guerra de frases armadas. Lo que no entienden quienes se niegan a los cuestionamientos es que son ellos quienes pierden, pues, aunque puedan ganar en las urnas, la legitimidad de sus gobiernos tarde o temprano será cuestionada. Este es el momento de confrontar ideas, personalidades, perfiles, en cualquier condición y circunstancia, porque como representantes, el diálogo con los sectores no podrá ser solo en las condiciones que ellos marquen, se enfrentarán a quienes piensan diferente a ellos y tendrán que mostrar tolerancia, respeto e inclusión, pero si hoy no lo muestran, qué garantías podemos tener si llegan al cargo. Ojalá podamos ver a los candidatos en foros, en charlas, en debates en todo ejercicio que nos permita a los electores tomar decisiones, todavía hay tiempo para escucharlos y para que nos escuchen.