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El mundo está siendo convulsionado por grandes cambios: apertura comercial, competitividad internacional creciente y agresiva, globalización, desarrollo científico y tecnológico acelerados, cambios en la geografía política por factores étnicos, económicos, políticos o religiosos
00:03 lunes 11 diciembre, 2017
PERFIL EDUCATIVOAlgunos de los problemas torales de nuestra sociedad, tales como: elevada dependencia, subdesarrollo, desempleo, marginación, inseguridad, bajo ingreso, pobreza extrema en altos porcentaje de la población, entre otros; son signos inequívocos de la ineficacia del Sistema Educativo Nacional, que no ha contribuido de manera efectiva en el ascenso en la calidad de vida de la población en general, puesto que las sociedades actuales son reflejo de las políticas y prácticas educativas implementadas desde hace algunas décadas. El mundo está siendo convulsionado por grandes cambios: apertura comercial, competitividad internacional creciente y agresiva, globalización, desarrollo científico y tecnológico acelerados, cambios en la geografía política por factores étnicos, económicos, políticos o religiosos; entre otros. Las sociedades han entrado a un proceso de modernización sin precedentes y las políticas educativas actuales deberán responder a estos cambios con la mayor eficacia posible, como fenómeno íntimamente relacionado con los procesos sociales, como componente dinámico de consolidación del bienestar del ser humano. Deberán satisfacerse los principios originales de la educación: ”La educación como proceso dentro de la sociedad, transmite la cultura, es decir, los valores, normas, pautas de comportamiento y conocimientos científicos y tecnológicos.”
La educación refleja las condiciones en que se encuentran las sociedades en las que se realiza. En México, la educación ha dado solamente respuestas parciales al desafío de contribuir al desarrollo que conlleve el ascenso de la calidad de vida de la población, permaneciendo en algunos casos como un factor que exacerba las desigualdades.
La Educación Superior debe adoptar un papel protagónico en el proceso de desarrollo de este milenio, a través de:
• El rescate e investigación de la historia, tradiciones, ideas e identidad.
• La identificación de objetivos cuyo cumplimiento responda a la solución de problemas regionales, nacionales y mundiales; presentes y futuros.
• El rescate y consolidación de los valores en la sociedad y de la formación humana de los educandos.
• Sentar las bases para el desarrollo sostenible mediante la transferencia y desarrollo de una infraestructura tecnológica y sobre todo científica.
• Manejo eficaz y eficiente de los recursos destinados a la educación.
• Reorganización de la estructura de los sistemas educativos nacionales para realizar los objetivos anteriores. Un elemento fundamental en la educación de este milenio deberá ser la formación humana; por lo que se considera necesaria la implementación de intenciones educativas a partir de necesidades sociales y que ello se plasme en los planes y programas de estudio a través de objetivos formativos, cuyo cumplimiento permita un desarrollo personal, profesional, familiar y social, sano y exitoso. Es particularmente relevante el crecimiento equilibrado de las facultades del individuo en todos los ámbitos del ser y del quehacer humano. La excesiva especialización en los niveles básicos y medios de la educación limita este crecimiento y proporciona sólo una perspectiva limitada del entorno, le impide a la persona comunicarse de forma efectiva con profesionales de otras áreas, restringe su trabajo en equipos multidisciplinarios y propicia una baja productividad del trabajo.
Es crucial comprender a profundidad que en los centros educativos se deben formar personas, más que profesionales o profesionistas. Personas comprometidas con ellos mismos y con su sociedad, para mejorarla en lo político, en lo económico y en lo social; para responder a los dilemas éticos para lograr la rentabilidad a largo plazo de las empresas e instituciones. Para ello se requiere que la formación del individuo sea humana en la concepción más amplia; en todos sus ciclos, pero fundamentalmente en los básicos y medios, ya que muchas personas sin haber alcanzado los niveles superiores, deben incorporarse al sector productivo y a la dinámica social.
La persona antes de tener calidad profesional debe desarrollar calidad humana. La percepción de la calidad profesional por parte de la comunidad con quien se interactúa, generalmente se intuye a partir de las actitudes y conductas que ponen de manifiesto su calidad; esto es lo que realmente se aprecia y tiene un alto valor social. En general es difícil percibir directamente la calidad de un profesional. Por ejemplo, tratándose de un médico, no intuimos directamente su calidad profesional por sus méritos académicos o por haberse graduado en una institución de prestigio, sencillamente porque no conocemos la disciplina médica en cuestión, y no disponemos de una evaluación de las universidades del mundo dedicadas a disciplinas médicas. Sin embargo, intuimos su calidad profesional e incluso la llegamos a percibir a partir de sus actitudes y conductas, que ponen de manifiesto su formación humana.
Las instituciones educativas deben cimentar la educación con la formación en la mejora continua y alta calidad humana, esta formación constituye la base del desarrollo profesional posterior. Si se pudieran incluir las características anteriormente mencionadas en el currículum de un aspirante a obtener algún puesto de trabajo; en realidad, para muchos responsables de selección y reclutamiento de personal, pasaría a segundo término el grado de dominio de su especialidad profesional. Ya que una persona así, aún con la posibilidad de no dominar una parcela cognitiva, con disposición y actitudes positivas frente a los retos que se plantean en situaciones reales, tiene elevadas posibilidades de éxito en una empresa. Para desarrollar estos valores, actitudes y habilidades en el ser humano y para que se transmitan a sus descendientes, no basta con la instrucción, por eficaz que parezca. Es imprescindible el cultivo diario del espíritu a través de conceptos, ejemplos, sentimientos y herencias morales, se requiere educar en lugar de instruir. Es necesaria toda una atmósfera, un ambiente en el que el individuo se encuentre inmerso y sea contagiado por la autoestima, responsabilidad, respeto, amor, etc. Esto constituye la esencia de la transmisión de valores; los que se adquieren y avivan diariamente, en este proceso en que la persona debe encontrarse inmersa, lo que constituye la única forma de eslabonar una generación tras otra, de crear una estirpe, de integrar célula a célula una familia y a una sociedad saludable y duradera. *Tecnológico de Monterrey, [email protected]