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Primero porque los elementos mínimos para llevarla a cabo no están disponibles en el 50% de las escuelas de nuestro país. De acuerdo con la UNESCO solo el 25% de los docentes de primaria y secundaria están formados para enseñar a través de la tecnología.
23:34 martes 14 abril, 2020
ColaboradoresEn tiempos del COVID-19 podemos observar una radiografía del estado de salud de nuestro sistema de educación público. El diagnóstico no es alentador, aunque los responsables del mismo quieran comunicarlo con la mejor intención y voluntad. Porque muestra un sistema en terapia intensiva y tal parece que la respuesta a la crisis es sesgada, con altas dosis de burocracia y excesiva supervisión de procesos. De acuerdo con las últimas reuniones en la Secretaría de Educación Pública (SEP), las autoridades pretenden mantener el proceso de enseñanza a través de la educación a distancia. Google for Education será la apuesta. Pero, una vez más, si solo se considera esta propuesta sin complementos específicos, será reaccionaria y con un impacto disperso como hasta ahora.
Primero porque los elementos mínimos para llevarla a cabo no están disponibles en el 50% de las escuelas de nuestro país. De acuerdo con la UNESCO solo el 25% de los docentes de primaria y secundaria están formados para enseñar a través de la tecnología.
De hecho, en el estudio internacional de sistemas de evaluación docente de la OCDE (2013), se puede apreciar que prácticamente ningún país considera el uso de TIC en sus criterios o estándares de evaluación. En este sentido, desde el punto de vista del desarrollo profesional, son pocos los incentivos formales que tienen los docentes para integrar de manera regular las TIC en sus prácticas profesionales. Incluso, con las reformas de 2019, observamos que los criterios de ingreso al magisterio no consideran entre sus componentes de evaluación indicadores de formación en uso didáctico de la tecnología.
Esto nos debería poner en alerta para la toma de decisiones para el sistema educativo nacional. Es decir, más del 50% de las escuelas son de modalidad multigrado, ubicadas en zonas rurales sin infraestructura mínima y a esto le sumas que el 80% de los profesores no está formado en el uso didáctico de las tecnologías, estamos ante dos indicadores clave para ajustar la estrategia asignando recursos de manera focalizada a los maestros y llegando a las poblaciones de más bajos recursos.
Aquí en nuestro Estado, es un claro ejemplo de esto. De acuerdo al último censo educativo (seguimos esperando el nuevo conteo) cinco de cada 10 escuelas son de modalidad multigrado. La experiencia de las ultimas dos semanas nos permiten ver que la mayoría de los niños que asisten a estas escuelas ya están en una doble desventaja con la estrategia de “Aprende en Casa”. Algunos maestros dejaron ejercicios en el libro de texto y en copias que ellos pagan de su propio bolsillo. A través de WhatsApp logran comunicarse en el mejor de los casos con las familias, pero otros de plano no han tenido contacto con ellos, desde que inició esta etapa de aislamiento hace un mes. La televisión es un complemento interesante pero carece de contextualización de contenidos, esa que los maestros comprometidos realizan en sus clases. ¿Qué estamos haciendo? Dejándolos atrás. Abriendo muchísimo mas la brecha de equidad educativa. Sin duda, si se aprueba la iniciativa de mantener las clases en línea como única propuesta, estaríamos excluyendo del proceso de enseñanza a la mitad de la población escolar. No solo por la estrategia misma, sino por las condiciones económicas de las familias. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en 2019 sólo 44% de los hogares contaba con computadora y 56% tenía acceso a Internet y apenas un 44% del total de usuarios de computadora la usan como apoyo en trabajos escolares. A esto, tendríamos que sumarle el riesgo del uso de los datos personales para el registro de usuarios en la plataforma de Google Suite. Ya que para el despliegue de los recursos tendrían que recopilarse los datos de profesores o bien, que las autoridades educativas locales concentren dichos datos y los suban a la plataforma. De una u otra forma, el contexto digital y la evidencia de los últimos años en relación a la venta y compra de datos de usuarios es una constante en países como EE.UU. Esperamos que la dependencia federal esté acondicionada para soportar esta carga de información (una más) en sus manos.
Además estamos observando el crecimiento de violencia en el hogar. De acuerdo a la dependencia de Desarrollo Integral de la Familia en el Estado, se han incrementado en mas del 10% las denuncias de violencia familiar en los últimos 30 días. Esto nos abre la puerta a preguntarnos si al sistema educativo solo debería interesarle lo académico. Es decir, mantener la presión para que el sistema avance a pesar de las circunstancias de las niñas, niños y jóvenes, sus familias. Porque los docentes también son seres humanos y necesitan de espacios para su labor profesional. ¿Cómo apoyarles desde la federación y el estado para que sean los agentes de cambio que la sociedad necesita? Me parece que dándoles indicaciones, supervisando excesivamente sus tareas y pidiéndoles formatos burocráticos no lo vamos a lograr.
En un momento de incertidumbre como el de hoy, la SEP debería brindar a los estudiantes, sus familias y maestros tranquilidad y dejar a un lado su obsesión de poner en el centro controles excesivos de normalización y evaluación de la tarea educativa. En este sentido, indicar un regreso a clase en concordancia con la secretaría de Salud, permitir una autonomía a los centros escolares para organizar sus posibilidades de normalizar el proceso de enseñanza, ajustar un presupuesto flexible para las escuelas multigrado y rurales, cumplir con pendientes de pago a los maestros, entre otras opciones, podría nivelar la brecha de equidad que sigue abriéndose.
Las dudas nos acechan a todos, pero no de igual manera. Entre las familias no podemos sustituir la labor de los profesores. Sí que podemos acompañarlos y apoyarles de la mejor manera, pero si no tomamos las medidas conducentes para que papás y mamás estén tranquilos en casa, esa ansiedad, enojo y frustración se verán reflejados en la falta de atención, ausentismo y desencanto de los estudiantes por la escuela. Esa escuela que representa, para muchos, la única oportunidad de salir adelante.
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* Normalista / Investigador de la UPN
Director de Sembrando Horizontes A.C.
Twitter: @FhernandOziel Sembrando Horizontes A.C. (2018)
Es una organización de la sociedad civil que promueve y defiende el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes en el estado de San Luis Potosí a través de investigación aplicada, activación ciudadana y el impulso de proyectos educativos innovadores.
www.facebook.com/10xValles