Conocí a Alma hace unos años; en diversas ocasiones me acompañó en el programa que conduzco en Radio Universidad, una activista siempre clara, directa, y tremendamente entrona para los temas de mujeres, derechos humanos y respeto a los ciudadanos. Todavía escucho el eco de su voz grave y decidida, siempre con posturas inteligentes frente a los problemas que aquejan a la sociedad de este territorio. Alma Irene Nava Bello fue fundadora y Directora General de Educación y Ciudadanía, A.C. (Educiac), una de las instituciones de la Sociedad Civil más consolidadas, con más trayectoria y experiencia que hay en el estado de San Luis Potosí. Con dos décadas de operación, Educiac ha logrado ser la organización más incluyente e impulsora de proyectos de beneficio a los ciudadanos, principalmente jóvenes. Educiac ha conseguido lo que pocas organizaciones, ser generadora de proyectos con apoyo de organismos internacionales y nacionales. Pero Alma Nava no se conformó con ello; diseñó acciones para promover entre otras asociaciones su fortalecimiento institucional. No recuerdo una sola vez que ella no haya respondido con generosidad y acierto a alguna llamada o solicitud de apoyo para alguno de los proyectos que asociaciones civiles estuviésemos impulsando.  En 2015 obtuvo el Premio Estatal de Derechos Humanos con el que se reconocieron sus 25 años de trayectoria como promotora y defensora de los garantías individuales de las personas. En 2017 fue integrante del Comité Ciudadano Anticorrupción, y en octubre fue ratificada como consejera del Instituto Nacional Electoral. Hace unos días Alma enfermó y no la libró, murió de un derrame cerebral. Todas aquellas personas que alguna vez la conocimos, estamos en un duelo profundo, es una pérdida no sólo personal, es un quebranto para las organizaciones de la sociedad civil, para este estado, porque las grandes transformaciones de este país no han venido ni de diputadas, diputados, partidos políticos o instituciones de Estado, han sido ciudadanos y ciudadanas, como Alma Nava, quienes han impulsado los grandes cambios, las transformaciones profundas.  La de este domingo 14 de enero de 2018, fue una despedida conmovedora, triste, dolorosa, pero llena de cariño, solidaridad con su familia y reconocimiento al trabajo que durante toda su vida realizó Alma. Y desde este espacio le decimos a su pareja de vida Gerardo Enrique, a sus hijos Sofía y Rogelio, que esa mujer no desperdició un momento de su vida, que la llevamos en nuestros corazones y convicciones y que en vez de guardar por ella un minuto de silencio, nos ponemos de pie y le rendimos un gran aplauso. La verdadera Alma de la sociedad es la de personas como Alma Nava, que luchan, trabajan con la convicción para lograr transformar este país, este estado tan desigual, en un lugar donde quepa la esperanza, la igualdad y el respeto a los derechos humanos.  Descansa en paz querida Alma.@Pfloresblavier