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23:40 lunes 22 julio, 2019
ColaboradoresJoaquín Archivaldo Guzmán Loera, pasará el resto de sus días en una prisión de súper máxima seguridad en Colorado. Sí súper máxima, porque el Chapo dejó claro que las prisiones de máxima seguridad de México, son de dudosa calidad. En la llamada Alcatraz de las Rocosas, Guzmán purgará una cadena perpetua más treinta años de cárcel de forma consecutiva.
El veredicto no fue sorpresa, pues los fiscales acreditaron, entre varias cosas, que el narco en cuestión introdujo a Estados Unidos más de 1,200 toneladas de cocaína. Sí. Eso es un millón doscientos mil kilos de coca, no’más.
Pero más allá de lo jurídico, hubo una declaración que hizo el Chapo al ser sentenciado, que llama la atención. El capo dijo: “Ya que el gobierno me va a enviar a una prisión desde dónde no se va a escuchar más mi nombre, aprovecho para decir que aquí no hubo justicia”. Es correcto. Al tipo le preocupa el silencio, porque su nombre caerá en el olvido. Era su ego hablando.
A lo largo de los años, Guzmán fue tejiendo una estrategia para posicionar su personaje, como una especie de Robin Hood de origen humilde, pero tan inteligente que fue capaz de evadir a la policía y la cárcel con túneles y fugas épicas, dignas de una película hollywoodense. De hecho, estaba planeando llevar su historia a la pantalla grande. Para ello, se entrevistó con el actor Sean Penn cuando aun estaba prófugo.
Y que me dicen de su esposa e hija lanzando la marca de ropa El Chapo 701, que dudo sea para hacer negocio, sino para popularizar al narco como ícono. Si no me creen, vean el website de la tienda que lo presenta como: “Un humilde vendedor de naranjas con muchas metas y una gran ambición. Amigo de todos, líder dispuesto y siempre presente para su gente.”
Ahora, en una prisión de verdad, en donde todo es de cemento, y estará en confinamiento solitario 23 horas al día, Chapo Hood no podrá usar sus poderes. El juicio nos ha contado una nueva historia. La real. La del antihéroe que envenenó a miles de personas, la del asesino, la del criminal que finalmente enfrenta la justicia sin posibilidad de evadirla.
Para alguien que nació en la pobreza, creó un imperio criminal, fue intocable y ahora morirá en el olvido sin la posibilidad de glorificar su personaje, puede ser que ese, sea un castigo más duro que el concreto de la prisión que lo espera.
Israel Navarro es estratega político y socio del Instituto de Comunicación Estratégica. Twitter: @navarroisrael