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El narcotráfico tiene de particular que su actividad es ilegal, por lo tanto las instituciones del Estado, cuando menos formalmente, se declaran incompetentes para regular la relación entre los narco empresarios y sus empleados así como la relación entre las narco empresas, por lo que dicha regulación se da sobre todo de forma privada.
10:35 sábado 30 noviembre, 2019
ColaboradoresPara todos nosotros en el sector académico, es de gran importancia la conceptualización de las políticas públicas que se implementan de manera regional por parte de nuestro vecino país de los Estados Unidos, ya que gran parte del movimiento económico en nuestro país, proviene de actividades ilícitas ligadas al Narcotráfico y al Lavado de Dinero. Por lo anterior, es preciso comenzar esta columna expresando que el narcotráfico tiene en común con el resto de la economía capitalista sus características esenciales. La búsqueda insaciable de ganancias que son posibles a través de la obtención de plusvalía en el proceso de producción de mercancías. Carente de ética, le tiene sin cuidado los efectos nocivos relacionados con el consumo de su mercancía y están dispuestos a lo que sea con tal de preservar y reproducir su capacidad de acumular capital. El narcotráfico tiene de particular que su actividad es ilegal, por lo tanto las instituciones del Estado, cuando menos formalmente, se declaran incompetentes para regular la relación entre los narco empresarios y sus empleados así como la relación entre las narco empresas, por lo que dicha regulación se da sobre todo de forma privada. Por esto mismo la violencia privada que ejercen las narcoempresas tiene un papel notoriamente significativo. Diferenciar a la economía relacionada con el narcotráfico de la economía legal es cada vez más difícil por la cantidad de capital que se mueve dentro del narcotráfico y su relación con la economía legal. Los narcoempresarios están cada vez más integrados a la burguesía como clase, es decir cada vez es más frecuente que su comportamiento y acciones estén apuntando a favorecer a la clase capitalista en general y no sólo a cada una de ellos en lo particular. Por lo anterior, ha crecido la capacidad de las narcoempresas para hacer política y para incidir en la política burguesa, estando ligada su capacidad de acumular capital con su capacidad de hacer política. La violencia privada ejercida por las narco empresas ha favorecido un clima de aumento de la violencia social, pública y privada en la sociedad mexicana, lo cual ha venido a complicar muchos de los problemas que de por sí padece la sociedad mexicana en general, afectando principalmente a los más pobres y beneficiando únicamente a los dueños del capital. Dicho clima de violencia abre y favorece la oportunidad para que el Estado burgués mexicano se dote de instrumentos violentos para reprimir la organización popular. No existe razón alguna para pensar que el mencionado fenómeno vaya a descender, por el contrario, cada vez adquiere rasgos más preocupantes. Para que el asunto ceda se requeriría desaparecer las condiciones que llevan a su aparición y reproducción, por lo que tendrían que desaparecer las condiciones que permiten la producción distribución y consumo de la droga. Y lejos de verse interesado en ello, el Estado mexicano sólo está ocupándose de aprovechar este asunto para fortalecer las posiciones del bloque hegemónico de la burguesía en México. Por qué incluir al Narcoterrorismo en nuestro lenguaje Para abordar esta pregunta, es imprescindible observar algunos de los siguientes criterios que se han considerado importantes a la hora de decidir si un acto es “terrorismo”, cabe señalar que ahora las dos cámaras del Senado, tanto la de Estados Unidos como en la de México, se han preocupado en deslindar fronteras de comprensión sobre este término, y definir claramente los límites constitucionales para abordar esta grave amenaza, ya que no todos los expertos en esta materia están de acuerdo en la aplicación del concepto en el caso concreto, por lo que presento a continuación y como lo mencione anteriormente, los criterios más aceptados por la doctrina para considerar si un acto es o no, y en nuestro lenguaje“Terrorismo”.
• El acto está políticamente inspirado Un acto de terrorismo normalmente tiene un objetivo final que es “mayor”, y más estratégico que el efecto inmediato del acto. Por ejemplo, un atentado con bomba contra civiles está destinado a cambiar la opinión pública con el fin de ejercer presión sobre el gobierno. • El acto debe implicar violencia o amenaza de violencia Algunos piensan que la sola amenaza de la violencia, si realmente es creíble, puede ser también un acto de terrorismo, debido a que causa temor entre aquellos a quienes se dirige, y puede ser utilizada con fines políticos. • Un acto de terrorismo está diseñado para tener un fuerte impacto psicológico
Los actos terroristas a menudo se dice que son de naturaleza arbitraria o aleatoria, pero en realidad los grupos tienden a seleccionar objetivos cuidadosamente a fin de provocar la máxima reacción, y también, en la medida de lo posible, alcanzar los símbolos del régimen. • El terrorismo es el acto de sub-grupos del estado, no de los estados
Esto es probablemente lo más ampliamente discutido entre los diferentes expertos y observadores. Los estados-nación tienden a usar esto como la esencia de un acto terrorista, pero si nos limitamos a los actos de terrorismo a los sub-grupos del estado, ya hemos decidido que un acto violento realizado por un estado no puede ser terrorismo, por terrible que sea. • El terrorismo implica deliberadamente a los civiles como blanco Este criterio también es discutido por muchos expertos, ya que descarta la posibilidad de que se clasifiquen como ataques terroristas los que van contra el personal militar o de otro tipo, como los funcionarios del estado, los políticos o policías.