Han transcurrido más de tres meses y de los cambios radicales prometidos que demostrarían que este sería un Congreso muy diferente al anterior no se notan por ninguna parte. Es muy importante señalar que los grandes cambios no deben ser sólo de los diputados de la actual legislatura sino también de los funcionarios en puestos clave, aunque muchos de ellos cargan con unos vicios muy pesados que les va a costar mucho si es que realmente buscan trascender positivamente. Pero para ponerle nombre a las cosas voy a ir detallando diversas situaciones que son verdaderas simulaciones para que ese cambio se postergue o de plano jamás llegue. Los diputados del partido Morena y PRD manejaron desde sus campañas que se comprometerían a bajarse el insultante sueldo a la mitad. A la primera oportunidad se propuso en tribuna pero como la mayoría de diputados tricolores y blanquiazules dicen no llevar prisa y que ese no es tema prioritario ya se fue al archivo. La ley dice que cualquier empleado debe recibir de aguinaldo quince días de su salario. Los voraces diputados desde hace varias legislaturas se sirven con la cuchara grande y se aprobaron noventa días. Los actuales diputados recibirán ciento treinta y cinco mil pesos este diciembre de aguinaldo. Prometieron ser diferentes y acabar con este abuso. En la práctica todos se han quedado mudos y fingen demencia prematura para no tocar el tema y llenarse los bolsillos. El Coordinador de Comunicación Social Eduardo Marceleño tal vez no lo tiene claro pero él tiene una enorme responsabilidad para lograr un gran avance en el tema de medios. Ya se le detectaron varias triquiñuelas en su propuesta de presupuesto para el año que viene donde quiere incluir portales electrónicos patitos de sus cuates y otros que ofrecen asesoría para pozos petroleros en el golfo pérsico. ¡De ese tamaño es el cambio que quieren hacer!. ¿A quién le quieren ver la cara? A gente que le han tocado tiempos de abundancia como Sonia Mendoza, Cándido Ochoa, Oscar Vera, Eugenio Govea les es muy difícil entender que México ya lanzó una clara señal a la clase política: basta se servirse. Ya tienen que adecuarse a los nuevos tiempos, es lógico que les cueste mucho trabajo pero no hay marcha atrás. El tricolor Mauricio Konishi debe ser más firme y convencer a sus compañeros de bancada que su partido agoniza y si no demuestran con hechos que las cosas van en serio, terminaran casi extintos en las próximas elecciones. Existen algunas honrosas excepciones que han demostrado que traen buenas intenciones pero la marea de la mayoría amenaza con arrastrarlos y así evitar se logren cambios de verdad. He detectado que la mayoría de diputados de Morena siguen navegando con bandera, no se sitúan en la realidad y en el enorme compromiso adquirido en las pasadas elecciones. En cuanto conocieron las entrañas de la cueva de Ali Baba en lugar de señalar las aberraciones que encontraron en su interior, se sintieron cómodos repartiéndose el botín. Un joven como Edson Quintanar que en teoría no cargaba con esos bajos vicios sigue como en las nubes sin aterrizar. Le falta bastante autoridad y decisión para enfrentar a los lobos de mar y a los magos encantadores que al parecer ya lograron hipnotizarlo. Otro que sólo mencionó a los medios que al interior de la Junta de Coordinación Política encontró un “cochinero” fue el blanquiazul Rolando Hervert pero fiel a su costumbre de su doble discurso, doble moral y doble incongruencia no denunció nada ante la Contraloría Interna, la Auditoría Superior o la Fiscalía Anticorrupción. El cambio debe ser de fondo, integral, sin simulaciones. Todos comprometidos en contra de los abusos y la corrupción. ¿Usted cree que van a poder hacer un cambio de fondo si quien les maneja los dineros es nada más y nada menos que la ex torancista e íntima amiga de Cándido Ochoa Martha Elva Zuñiga cuya tapadera es el ya mencionado panista Rolando Hervert?.