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El sindicalismo y los sindicatos serán más libres en México a partir de la Reforma laboral que recientemente se ha hecho, sin embargo la pregunta que nos tendríamos que hacer es ¿La verdadera libertad de elección y de libre sindicación realmente incidirá en beneficio al país o traerá más que algunos problemas?
21:04 domingo 11 agosto, 2019
VIRALESEl sindicalismo y los sindicatos serán más libres en México a partir de la Reforma laboral que recientemente se ha hecho, sin embargo la pregunta que nos tendríamos que hacer es ¿La verdadera libertad de elección y de libre sindicación realmente incidirá en beneficio al país o traerá más que algunos problemas? De acuerdo con lo que comentábamos la semana anterior en esta misma columna, el sindicalismo va a sufrir un gran impacto y ese impacto también se reflejará en la sociedad porque por un lado podríamos seguir hablando de que van a caer o a disminuirse muchos liderazgos charros, que va a accederse a mejores estadios económicos, o a desprecarizar el salario de alguna forma, porque se pretende al menos eso. No solo que el corporativismo y el manejo (o manipulación) que hacen las grandes centrales obreras en el país con todos los sindicatos, sea que trabajen para la empresa extranjera o mexicana, vaya a tener una voltereta espectacular más fácilmente. Porque los sindicatos y los trabajadores podrán tomar su propio rumbo y no necesariamente (u obligadamente) estar afiliados a una central obrera, eso aunado al fenómeno político derivado de la última elección presidencial que modificó la correlación de fuerzas en el país y que ahora sí parece haber perjudicado más al otrora partido hegemónico, que pasó a la tercera o cuarta posición y que es el principal franquicitario de las Centrales Obreras en México. Tendríamos entonces un escenario en el que podrán darse cosas muy buenas pero también inicialmente, esté usted seguro de que van a ser en mayor o menor medida caóticas, porque mal que bien las centrales obreras han tenido un control sobre los sindicatos y han permitido la expansión de la industria, incluso alineados o asociados con los mismos empresarios. Esa es la triste realidad, pero ese férreo y autoritario control, tuvo algún beneficio de orden imbricado y alterno a un sometimiento que no por repulsivo e indignante dejó de asumirse como otra de las subculturas de este México nuestro. Autoritarismo y corrupción que luego sabía venderse como “Paz”. Ahora vamos a apostarle con esta cuarta transformación a un sindicalismo libre y a un nuevo orden social pues de ese tamaño es la Reforma y hasta ese nivel puede que llegue su impacto. Vamos a apostarle a un manejo y a una conducta de los sindicatos más auténtica, pero acaso también más exigente y más radical; esto puede ir gradualizándose porque los obreros no van a estar de inmediato con que “ahora sí vamos a hacer o a volver esto o ahora sí vamos a hacer lo otro”, no es así, pero tendrá que irse moderando porque de lo contrario vendría un gravísimo problema para el Estado Mexicano, sería un gravísimo problema para la economía. Confío en que se le dé exactamente el manejo adecuado a las cosas, que haya la coordinación correcta entre política y economía y entre quienes manejan la política y la economía, háblese de la Secretaría de Gobernación y Secretaría del Trabajo con las Secretarías de Hacienda de Economía y quienes deban involucrarse, para que los nuevos sindicatos y el nuevo sindicalismo sí terminen con todos los vicios de antaño pero también sepan afrontar la enorme responsabilidad que les corresponde en la conducción del país, que ahora es mayormente industrial y no como alguna vez lo fuimos, agricultor. Ojalá que también en ese terreno pudiésemos encontrar algún equilibrio, ojalá que también con los nuevos apoyos que puedan venir al campo, la gente regrese a trabajar a su origen y a la agricultura; que volvamos a producir nuestros propios alimentos. El sindicalismo nuevo, el sindicalismo de la 4ª transformación tendrá que ser verdaderamente transformador y ordenado, mas no sometido, habrá de generar nuevas condiciones acordes con las nuevas expectativas económicas para todos. Ese nuevo sindicalismo deberá alcanzar los ámbitos de la administración en donde se observa ahora como un gran solapador y generador de la irresponsabilidad y la corrupción o en otros casos igualmente inadmisibles, como un cero a la izquierda incapaz de proteger a los trabajadores que son despedidos al final de cualquier trienio o sexenio. El trabajo dignifica al hombre…pero más cuando es justo en su jornada, en su salario y en su respeto a la libre asociación.