Pumas avivó una pequeña esperanza de clasificar a la Liguilla gracias al inesperado triunfo ante Xolos, pero requiere una serie de combinaciones para concretarlo, empezando por ganarle a Cruz Azul, Toluca y Santos. Para alcanzar el anhelado boleto, los dirigidos por Bruno Marioni necesitan que Cruz Azul (23 puntos) y Xolos (22 puntos) pierdan los tres partidos que les quedan. Una victoria de alguno complicaría al instante el panorama para los felinos, que máximo aspiran a lograr 25 puntos. Por eso son importantes los próximos duelos ante La Máquina en el Estadio Azteca y los Diablos Rojos, quienes también aspiran al cierre perfecto y conservar sus posibilidades de clasificar. Justo en la Jornada 15 van ante el América, por lo que un triunfo de los de Coapa aportaría a la causa universitaria. El duelo en CU ante Toluca será determinante para los dos. Si los auriazules logran ese triunfo en el Estadio Olímpico Universitario en la Jornada 16, eliminarían a los Diablos de la competencia directa por un boleto. Los otros rivales inmiscuidos en la ecuación que sueñan con un lugar en la Liguilla son los Lobos BUAP (17 unidades) y el Puebla (20 unidades). Los auriazules requieren que estos equipos pierdan alguno de los juegos que les quedan para estar eliminados. Lobos visita a Tijuana el viernes y sus aspiraciones de Liguilla dependen de ese duelo; posteriormente recibirán a la Máquina celeste en el Estadio Universitario. Mientras que Puebla visita a Chivas este sábado en el Estadio Akron y posteriormente recibirá a Tigres, que llegará ya clasificado pero con necesidad de ganar para cerrar con buena racha. Víctor Ignacio Malcorra, mediocampista de los auriazules, reveló que se habían propuesto ganar los últimos seis partidos del torneo para vivir la Fiesta Grande pero el tropiezo ante Tigres mermó su objetivo. Aún así matemáticamente Pumas sigue con vida, a menos que Cruz Azul gane la próxima jornada, porque entonces prácticamente estará decretado el fracaso de un club que cambió de entrenador a medio torneo con la salida de David Patiño y la llegada de Bruno Marioni.

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Mediotiempo