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La planeación urbana se ha posicionado como parte de las agendas globales de desarrollo, ONU-Hábitat la define como la técnica para construir la ciudad del futuro.
07:45 viernes 2 octubre, 2020
ColaboradoresLa planeación urbana se ha posicionado como parte de las agendas globales de desarrollo, ONU-Hábitat la define como la técnica para construir la ciudad del futuro. A través del Programa para los Asentamientos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, se han implementado una serie de programas, herramientas y formas de capacitación para que, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana, se puedan implementar en las ciudades. Una de las principales herramientas que ha desarrollado la ONU y que ha generado replicas a nivel nacional y regional son las metodologías para programas urbanos, así, el gobierno de México ha definido dos, la Metodología para la Elaboración de Programas de Desarrollo Urbano en 2017 y los Lineamientos Simplificados para Programas en 2020, además, existe un conjunto de metodologías paralelas como el manual de calles mexicanas, la metodología para la recuperación de municipios post COVID, trazando calles, entre otras. La idea de estas metodologías es definir formas nuevas para el diseño y planeación de la ciudad en medio de la emergencia sanitaria, los nuevos retos de la ciudad, el cumplimiento de los ODS, sin embargo, enfrentamos un reto, la confusión entre lo legal y lo técnico. La Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano del Estado de San Luis Potosí, define como parte de sus artículos, el contenido de los programas, los tipos de estrategia, norma además las densidades y los usos del suelo entre muchos otros, de esta manera, existe una clara invasión de lo legal sobre lo técnico que hace retroceder la planeación y bloquea el surgimiento de nuevos planteamientos. Las metodologías de la ONU, de SEDATU y en general, la innovación en ciudades mexicanas, no se pueden llevar a cabo, porque la esfera legal en lugar de ser soporte, invade la dimensión técnica; es decir, cuando un programa o plan se aprueban se convierten en Ley, pero no pueden ser Ley antes de su aprobación. La dimensión legal da el soporte para que, en conjunto con otras leyes, sean el marco jurídico de la forma como construimos la ciudad, pero nunca deben determinar la forma como construimos las ciudades. Un programa es una conjunción de elementos políticos, técnicos y legales, el reto es que ninguno determine, sino que funcionen en equilibrio. La planeación está de vuelta, señala la Directora Ejecutiva de la CEPAL-ONU, las ciudades planeadas logran beneficios afirma ONU-Hábitat, debemos recuperar la rectoría de la planeación argumenta SEDATU, pero antes debemos adecuar las Leyes para que no limiten los programas.