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El independentismo catalán se sustenta en unas afirmaciones tozudas y repetitivas que nunca se convertirán en verdades a pesar de tanto repetirlas, una manipulación descarada de creencias históricas (en 1714 hubo una guerra de secesión que acabó con Cataluña sojuzgada) y económicas (España nos roba, fuera de España seríamos más ricos) totalmente falsas.
00:05 lunes 21 octubre, 2019
ColaboradoresEdición Especial
No podía ser de otra manera, dedicar un espacio al conflicto catalán no resulta novedoso, hacerlo desde una visión histórica y sin pelos en la lengua… si! Hay un miedo en España a declararse ESPAÑOL, pareciera que es enfermedad o indicio de locura, el independentismo se grita a los cuatro vientos aunque no se sustenta en ningún apartado de la manera elocuente en cómo nos quieren vender una historia que, lea usted bien, NO SUCEDIÓ ASÍ! El independentismo catalán se sustenta en unas afirmaciones tozudas y repetitivas que nunca se convertirán en verdades a pesar de tanto repetirlas, una manipulación descarada de creencias históricas (en 1714 hubo una guerra de secesión que acabó con Cataluña sojuzgada) y económicas (España nos roba, fuera de España seríamos más ricos) totalmente falsas. Le propongo un análisis pormenorizado, las imágenes son duras al ver una Barcelona en llamas tomada por vándalos al más puro estilo pica-piedra, una situación que plantea bases entre el nacionalismo y el racionalismo en un periplo institucional e internacional complejo y azaroso. El Estado de las Autonomías no ha fracasado, este pilar posibilita la regulación y decisión política para que el acto de votar siempre sea democrático ( créame, las dictaduras también organizaron referendos…)entendiendo que hay cosas que se pueden y otras NO por su contenido, Cataluña no puede separarse legalmente de España apelando al derecho de autodeterminación, ya que ese derecho se reserva a “pueblos sometidos a dominación colonial”, algo que no sucede y que busca tener excusa con una aseveración irresponsable de que la Constitución votada en 1978 es “hostil a los catalanes”… Tan hostil que han pactado con estas reglas para formar gobierno, aventajar a las demás comunidades y sacar partido de las reglas demócratas. España quiere ser expuesta como un Estado de Terror y sometimiento, justo es resaltar como España está lejos de todo ello al reconocerse como una democracia avanzada que goza del máximo grado de libertades y respeto por los derechos individuales y colectivos. Certificada por todas las instituciones internacionales de las que el país es parte así como todos los centros de estudios dedicados a evaluar la calidad de la democracia de los Estados, el Estado de derecho y la división de poderes están garantizados por los tribunales. Internacionalmente España contará con el respaldo absoluto de los países congruentes, desacreditar al país no es más que un acto irresponsable y mentiroso al contrastar como es un pilar signatario de todas las convenciones sobre derechos humanos, libertades políticas y civiles del sistema de Naciones Unidas y miembro firmante de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Vamos bien! Desenmascarado el circo impuesto de mentira y percepción errónea, en economía los números indican una realidad que ha sido alterada por aquellos que buscan llegar a la exclusividad a toda costa. Cataluña no soporta a España, ni tan siquiera es la autonomía de mayor aporte, falsedad que desde el 2012 se puede leer en cada panfleto populachero de los aficionados a la segregación… El supuesto robo del 8,4% del PIB de Cataluña fue difundido por el expresidente Jordi Pujol: “Pagar en torno al 9% de su PIB por concepto de solidaridad, y con frecuencia más, se convierte en un expolio que perjudica gravemente a Cataluña y su gente”, fueron unas declaraciones desafortunadas porque carecen de total sustento, este cálculo es un desatino. El estudio nacionalista que en 1994 lanzó el concepto de “expolio” calculaba la balanza en el 7,56% del PIB, de los cuales la aportación a la solidaridad interregional justificaba 2,44 puntos. El trabajo, de Jordi Pons y Ramon Tremosa, cifraba pues el exceso de déficit en algo más de cinco puntos, no ya de nueve. Cifras menos lejanas a los déficits fiscales de los territorios más prósperos en los países federales, en torno al 3,85%... lo que significa MENTIRA! Cataluña no aporta lo que dice y disfruta mucho más de la unión que otras autonomías. Hay un cierto consenso en que Cataluña contribuye según sus posibilidades y riqueza lo que le corresponde, ni más ni menos; el independentismo afirma que Cataluña recibe mucha menor inversión que la adecuada para el peso de su PIB y de su población en ambos parámetros globales: de 2011 a 2015 la inversión estatal presupuestada para toda España bajó un 36,6%, por un 57,9% en Cataluña; y la ejecutada fue aún mucho peor… otra farsa que tira por tierra los esquemas económicos de ventaja, el déficit fiscal compensa su superávit comercial: así ocurre en la UE, entre Norte y Sur. Cuando los “contribuyentes netos” europeos se han rebelado y han exigido pagar menos al presupuesto común, las autoridades catalanas no han hecho causa común con ellos. ¡Se trata de lo mismo! Desmantelados en historia y economía, el único sustento quedará en la ley, el derecho a separase y a no sentirse parte de una nación autonómica. La normativa de Naciones Unidas reconoce el derecho de autodeterminación pero en sentido interno: como un derecho de los pueblos a que sus ciudadanos puedan realizarse políticamente, votar en elecciones democráticas y participar en las instituciones. Solo en situaciones muy específicas este derecho a la autonomía dentro del Estado se puede convertir en autodeterminación externa, frente al Estado, y por tanto, a la secesión. Esas excepciones se circunscriben a la “situación particular de los pueblos sometidos a dominación colonial o a otras formas de dominación u ocupación extranjeras”, como usted puede percibir ninguna de ellas válida para una independencia que se resume a capricho. Javier Rueda
www.javierrueda.mx