Cd. de México. - Dicen por ahí que no se puede amar lo que no se conoce. Entonces, qué mejor forma de celebrar a México y llenarlo de cariño que recorrer sus playas, pueblos y ciudades coloniales. Este mes, y lo que resta del año, es una oportunidad para planear escapadas protagonizadas por los sabores de la gastronomía nacional, el colorido de su arquitectura y la calidez de la gente de este País. En los últimos meses viajar por el territorio nacional se ha convertido en una tendencia a la alza: de enero a junio de este año, en los principales destinos de México se registró la visita de 28 millones de turistas nacionales, un 6.7 por ciento más que en el mismo periodo de 2016, de acuerdo con información de la Secretaría de Turismo (Sectur). En ello han influido diversos factores, desde el alza del dólar hasta el lanzamiento del movimiento Viajemos Todos por México, que a través de su sitio web actualmente propone más de 2 mil 840 alternativas turísticas, con ahorros de hasta el 65 por ciento. A lo largo y ancho del territorio hay opciones tentadoras para explorar y cumplirle a todos los gustos: se cuentan 111 Pueblos Mágicos del programa de la Sectur y otros destinos de mayores dimensiones que, sin tener este nombramiento, se quedan para siempre en el corazón de los viajeros, entre ellos Mérida, San Miguel de Allende o Zacatecas. Si se trata de saciar antojos visuales y sorprender al paladar hay que dirigirse a Izamal, Yucatán. La visión de sus construcciones en ocre y amarillo se enlaza a la perfección con delicias típicas como panuchos, sopa de lima y cochinita pibil. Para desayunar, los huevos con hoja de chaya son imperdibles. En busca de bienestar para la mente, el cuerpo y el espíritu, la brújula apunta a otros pueblos mágicos como Tepoztlán, en Morelos o Malinalco, en el Estado de México. Allí los recorridos por sus zonas arqueológicas se combinan con terapias spa, sesiones de meditación y prácticas de yoga que dejan revitalizado. Si se desea retroceder en el tiempo, un destino ideal es Real de Catorce, en San Luis Potosí. La expedición comienza al atravesar el Túnel de Ogarrio, de casi 2 kilómetros de longitud, y sigue por las calles de este antigua comunidad minera cercana a Wirikuta, sitio sagrado para los huicholes. En el litoral mexicano también hay muchos pretextos que invitan a viajar, desde la arena blanca y el color cian del Caribe que hechiza en Tulum, Quintana Roo, hasta la vibra artística y el surf que se experimenta en Todos Santos, Baja California Sur, pasando por la atmósfera relajada y los atractivos ecoturísticos de Mazunte, en la costa oaxaqueña. Así, desde un camastro a la orilla del mar o el balcón de un hotelito boutique, es hora de gritar ¡Viva México!

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