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El tipo de cambio en México es una variable de ajuste; las épocas en que un gobierno devaluaba brusca e intencionalmente han quedado muy atrás.
21:22 jueves 6 septiembre, 2018
ECONOMÍA CONDUCTUAL“El coraje es saber a qué no temer”. Platón
5 de Septiembre de 2018
En fechas recientes, como frecuentemente ocurren en los momentos previos a un cambio de administración gubernamental (aunque tal vez con mayor insistencia recientemente), circulan rumores que hacen referencia a un posible comportamiento negativo del tipo de cambio.
Rumores de devaluación son comentarios recurrentes y de preocupación que frecuentemente se alimenta de opiniones de personajes que, desde alguna plataforma mediática y con más entusiasmo que información y conocimiento, divulgan dichas versiones.
Conviene recordar que México y su sociedad tiene una larga memoria histórica que vincula episodios de cambio gubernamental con procesos acelerados devaluación y de deterioro del poder adquisitivo de las familias.
Distintos estudios demuestran que esa “memoria económica “, frecuentemente lleva a la generación de temores producto de experiencias pasadas, aun cuando las condiciones aun cuando muchas de las condiciones fundamentales que explicaron dichos procesos en el pasado, hoy ya no sean vigentes.
Los grandes episodios de devaluación que enfrentó México desde la década de los setentas hasta principios de la década de los noventas tenían como razón fundamental el hecho de que nuestro país operaba bajo un esquema de tipo de cambio controlado.
Hasta mediados de la década de los noventas, cuando se estableció la autonomía del Banco Central, México tuvo, con algunas variaciones, un sistema de tipo de cambio controlado. Se trataba de sistemas de régimen de paridad fija, a partir de los cuales el gobierno determinaba la paridad cambiaria; en algunos momentos se estableció un régimen de flotación controlada, que aun cuando reflejaba movimientos, seguía teniendo una determinación central del tipo de cambio.
A principios de los 90 que se dio primero un sistema de transición hacia un régimen de bandas cambiarias y desliz controlado, que empezaba a dar libertad relativa al movimiento del tipo de cambio en función de la oferta y demanda de dólares, pero dentro de parámetros establecidos también de manera central.
Fue hasta diciembre de 1994 cuando, ante factores graves inestabilidad económica y cambiaria, se adoptó un sistema de libre flotación que permitía que fueran los mercados financieros (la compra y venta; la demanda y la oferta de dólares) la que determine el tipo de cambio, siendo este sistema el que opera hasta la fecha.
En estricto sentido, durante las épocas de procesos de control de cambios se producen devaluaciones; ya que es el reconocimiento del gobierno de que ha sostenido una paridad cambiaria que ya no puede mantener antes las presiones del mercado de divisas y cuando la presión es excesiva, provocando salida de divisas y una presión sobre las reservas internacionales, se produce y decreta una devaluación, que representa el establecimiento de un nuevo de tipo de cambio controlado.
Bajo el régimen de flotación libre vigente, lo que se presenta son variaciones en el nivel del tipo de cambio, producto de las condiciones cambiantes de la demanda de dólares en el país, de la demanda del peso en mercados internacionales y, por supuesto, de las condiciones estructurales de la economía nacional. Lo que observamos, más que devaluaciones, son momentos de apreciación o depreciación cambiaria.
De esta manera, si observamos el comportamiento del tipo de cambio desde los cincuentas hasta el momento de establecimiento de libre flotación, veremos una tendencia permanente de crecimiento con algunos periodos largos de estabilidad. A partir de ese momento, si bien también tenemos una tendencia creciente se muestran periodos de estabilidad, pero también periodos de apreciación del peso respecto del dólar. De esta manera, por ejemplo, el tipo de cambio que se alcanzó en momentos de presión cambiaria a finales de 1998 fue básicamente el mismo que se alcanzó 10 años después a mediados de 2008.
Y el tipo de cambio que se alcanzó en el peor momento de la crisis de 2008 - 2009 en el primer trimestre de 2009, después de distintas variaciones y caídas, se volvió a alcanzar hasta el primer trimestre de 2015. Más recientemente, el tipo de cambio que hemos tenido hace algunas semanas, es el mismo que se llegó a alcanzar a principios de 2016.
Hoy, no existen mecanismos para que un gobierno en México como tal decrete una devaluación. Lo que si observamos son momentos en los que la presión de los mercados financieros internacionales, las expectativas que los propios mercados tienen sobre el desempeño y las condiciones de la economía nacional e incluso presiones en otras partes del mundo, por ejemplo, sobre otras monedas de economías emergentes como Turquía o Argentina, provocan movimientos de depreciación o, ante entornos más favorables, de apreciación cambiaria.
El tipo de cambio en México es una variable de ajuste; las épocas en que un gobierno devaluaba brusca e intencionalmente han quedado muy atrás.
El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, columnista en El Economista y Director General de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares