San Juan, Puerto Rico.- La necesidad de gasolina se ha convertido en un problema en Puerto Rico. Pese a que el Gobernador del país, Ricardo Rosselló, aseguró el domingo que el combustible del que disponían era suficiente y que sólo existía un problema de distribución, los diarios locales alertaron que la escasez era preocupante. Rosselló insistió en que no cesan los esfuerzos para reparar el problema e informó que, mientras el lunes operaban 185 estaciones, el martes ya funcionaban 450 y ayer 500. Sin embargo, tanto en la capital como en el resto de regiones de la isla, los habitantes hacen largas colas con bidones vacíos en la mano a la espera de poder llenarlos de gasolina. Además, el diésel, que hace funcionar la mayoría de los generadores que sustituyen la red eléctrica, que quedó completamente destrozada, es todavía más difícil de conseguir. A este problema se suma la falta de agua potable y alimentos en las tiendas. Rosselló hizo un llamamiento al Gobierno de Estados Unidos para aunar esfuerzos y ayudar en todo lo posible a la isla, que en los próximos días podría sufrir una crisis humanitaria. La Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), se encarga de las crisis que provocó el paso de huracanes por Texas y Florida, y trata de destinar recursos para ayudar en Puerto Rico. Además, el Pentágono establecerá un centro de mando en el país para coordinar la llegada de aeronaves y buques militares. A pesar de ello, la imagen de la isla es desoladora. Los damnificados se encuentran sin luz ni agua, y con sus viviendas destruidas entre montañas que podrían derrumbarse con una lluvia torrencial. A Puerto Rico le costará varios meses recuperarse, y más de un año reconstruir el país mejor de lo que estaba, una meta que se marcó Rosselló. Para ello, será necesario que el Capitolio apruebe un paquete de rescate histórico para la zona, que se encuentra en bancarrota nacional con una deuda de 123 mil millones de dólares. -- REFORMA