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Familiares contaron al Gobernador Fayad que en panteones de Tlahuelilpan y Teltipan no hay espacio para todas las víctimas de la explosión
09:14 lunes 21 enero, 2019
MéxicoNi en este municipio ni en la comunidad de Teltipan, en Tlaxcoapan, tienen más lugar para sus muertos. Se lo dijo un poblador al Gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, quien ayer visitó el albergue de los familiares de las víctimas de la explosión del viernes. "El panteón municipal prácticamente ya no tiene espacio para todo lo que está sucediendo", dijo un vecino. Fayad le preguntó que si tenía restos de un familiar. "No, todavía no lo encuentro, pero en caso de encontrarlo", respondió. El domingo fueron enterradas en esta zona al menos seis víctimas. Una en Teltipan, pueblo muy cercano del lugar de la explosión, tanto que los pobladores podían mirar la punta del fuego desde sus ventanas. El cuerpo de Gerardo Preciado fue enterrado al fondo del panteón con música de banda y ruidos de claxon de sus compañeros taxistas. Acudieron unas 200 personas, tristes y avergonzadas. "Oremos para que no volvamos a tener esta experiencia triste, dolorosa. ¿Por qué no decirlo?, también vergonzosa", les dijo el sacerdote. Ellos obedecieron, como si estuvieran frente a todos los que los acusan de buscar su propia muerte. Para hoy, se anunciaron cuatro entierros más en Teltipan, por lo que el sepulturero estaba preocupado. Al menos el de ayer fue sencillo porque el muerto fue inhumado en la misma fosa de su abuela. El cementerio mide menos de una hectárea. Los que iban a poner la tierra murmuraban. El viernes en la noche en la fuga estaba "todo mundo"; que el "chorro" de la fuente era tan fuerte y alto que cuatro hombres levantaron una roca y trataron de bloquearlo para atajar la gasolina; que con todo el cuerpo quemado un hombre alcanzó a subirse a su moto y llegar a morir a su casa. "Mi vecino alcanzó a vivir, pero sus ojos se le hundieron como si fueran de agua", dijo el sepulturero. En Munitepec, Municipio de Tlaxcoapan, a diez minutos de la fuga de combustible, había ayer dos tumbas recién hechas. Quedaban apenas los que abrieron la tierra y acomodaron las flores. Hombres que tomaban cervezas y recordaban el delirio de la tragedia de esa noche. "La gente estaba ya mojada de gasolina y perdida, tenían la ropa mojada, se acostaban a mirar el cielo, carcajeándose y hablando solos", dijo un joven de 17 años que se salvó porque se dio cuenta de que ya estaba mareado. "Me dije 'algo me pasa' y mejor me salí. Fue cuando explotó, sentí el calor que me jalaba para atrás, como si me 'correteara' el diablo", agregó. Encima de las muertes, los pobladores tienen que soportar los juicios. "Si se murieron es porque se lo buscaron", "algo hicieron", dicen incluso en el centro de Tlahuelilpan, como si el castigo para quien viola la ley sea la muerte y no la cárcel. Aún así, cientos de personas llenaron la iglesia del municipio para la misa simultánea de tres cuerpos. Cruzaron la localidad cargando los féretros de Mario Reyes, albañil de 58 años, enterrado con música de banda; Misael Contreras Pérez, de 25, empleado de una carnicería, metido en un ataúd con la imagen de la Virgen de Guadalupe. Sus tumbas quedaron juntas, apretadas entre las otras. Cuando bajaron a Misael, seis mujeres se destrozaban en lágrimas. "No es cierto, no es cierto, voy a abrir los ojos y todo esto no será cierto", decía una de ellas. El polvo se embarraba entre el sudor y las lágrimas. Había gritos, llanto, quejidos. La pesadilla de la noche de la explosión que no termina. Más allá quedó el cuerpo del mecánico César Jiménez Brito, de 44 años. "Nunca le hizo daño a nadie, a nadie, toda esta gente puede decirlo", dijo su esposa, Alicia Moreno. De regreso, los dolientes se encontraron con la procesión del féretro del campesino David Sierra, de 20 años. El desfile de la muerte apenas comienza. La cifra oficial de muertos hasta ahora es de 85; campesinos, obreros, mecánicos, amas de casa, que quisieron obtener algo arriesgando sus propias vidas, pero con los heridos y los desaparecidos, las víctimas superan las 200. -- Reforma