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El título de la película western con David Carradine de nombre “forajidos de leyenda” considero les cae como anillo al dedo a los actuales diputados locales de nuestro devaluado congreso potosino. Cuando imaginamos que nada podía ser peor, llegó esta nueva marabunta sedienta de recursos públicos, dispuestos a llenarse los bolsillos de forma cínica y por demás descarada. Unas auténticas pirañas.
21:47 miércoles 14 marzo, 2018
ColaboradoresEl título de la película western con David Carradine de nombre “forajidos de leyenda” considero les cae como anillo al dedo a los actuales diputados locales de nuestro devaluado congreso potosino. Cuando imaginamos que nada podía ser peor, llegó esta nueva marabunta sedienta de recursos públicos, dispuestos a llenarse los bolsillos de forma cínica y por demás descarada. Unas auténticas pirañas. No tengo la menor duda que esta legislatura pasara a la historia por haber contado entre sus filas con unos forajidos de leyenda, los cuales será más que imposible olvidar pronto. La descomposición inició desde el primer mes que tomaron protesta como “representantes populares”, ya habían concebido todo un malévolo plan de ataque para engrosar sus bolsillos muy rotos en ese momento. Tenían muy claro que su sueldo base o dieta como le llaman no era nada significativo, el verdadero negocio está en otro lado como los millonarios apoyos y bonos legislativos, las ayudas sociales y el ponerle un alto costo a su voto en tribuna ya sea para aprobar el presupuesto de ingresos al gobierno estatal o alguna ley o en algún nombramiento para un puesto muy importante. Cuando una asamblea de vagos no tiene ni la más mínima idea de lo que es la rendición de cuentas, las cosas están perdidas. Tengo muy presente como en cuanto llegó de diputado el polémico Sergio Desfassiux y se le cuestionó el manejo de los apoyos legislativos, con un gigantesco desconocimiento vociferó ante los medios de comunicación que: “ese era su dinero y él podría hacer con él lo que quisiera”, que equivocado estaba este iracundo legislador que desconoce que cada peso que se use de recursos públicos tiene la imperiosa obligación de entregar cuentas claras, le guste o no. Desde ahí pude detectar la degradación de esta especie llamada diputado. Pareciera que existe una fuerte competencia para ver quién se lleva más recursos públicos y quien usa las argucias más creativas. El Consejo Ciudadano de Transparencia señala que tan sólo en lo que va de esta legislatura ya se han destinado cerca de 28 millones de pesos en supuestas ayudas sociales, la cual ha sido el pretexto perfecto de estos 27 diputados para llevarse miles y miles de pesos al mes simulando la entrega de despensas, uniformes deportivos y material de construcción, obviamente recurriendo a la adquisición de facturas de precedencia fantasmagórica y obviamente falseando los datos de los beneficiarios tal como quedó en evidencia el pálido blanquiazul Mariano Niño donde tramitó supuestos apoyos para un señor de Ébano ya fallecido meses antes. De ese tamaño esta la descomposición al interior del Congreso. De toda esta camada nadie se salva, unos más descarados y otros más discretos, pero a la hora del reparto del pastel todos acaban embarrados como felices niños en una fiesta de cumpleaños. ¿Será que estos actuales “forajidos de leyenda” remasterizados y recargados también se dieron cuenta que podían burlar la ley sin consecuencias? No estén tan confiados y seguros, tal vez esa sonrisa burlona pueda cambiarles en unos días más.