La película Cincuenta sombras liberadas (Fifty Shades Freed), dirigida por James Foley, despierta alabanzas y críticas allá por donde pasa. Uno de los últimos en cargar contra la última cinta de la trilogía erótica, basada en las novelas de E.L. James, ha sido Vladimir Medinsky, ministro de Cultura en Rusia. Sin embargo, sus razones nada tienen que ver con las escenas calenturientas que se avienen en el filme. El ministro ha atacado Cincuenta sombras liberadas, según sus palabras, debido a que las cintas de Hollywood desplazan a las locales en los cines. Aparentemente, la película acaparó la mayoría de carteleras el fin de semana de su estreno, por lo que los largometrajes rusos tuvieron serios problemas para captar público. "No sé que problemas sociales está abordando esta incuestionable obra maestra del cine global. Pero las cadenas de cine, movidas por la mano invisible del mercado, le dieron el 70 por ciento de todas las proyecciones (el fin de semana de su estreno), estrellándose una cantidad de excelentes películas locales que actualmente están en cartelera", dijo. Aunque el portal The Hollywood Reporter aseguró que la película no alcanzó el 70 por ciento, como dice Medinsky, la superproducción consiguió estar presente en la mayoría de las salas del país. Sin embargo, el objetivo que persigue el ministro es prácticamente imposible cuando una película, de tal alcance, está en más de la mitad de las salas de cine del país. Al político ruso, presionado por su gobierno, le gustaría limitar el número de pantallas que las cintas extranjeras puedan acaparar, para que las producciones locales puedan competir. Rusia no sería el primer país en aplicar tales medidas. Actualmente, China ya dispone de periodos de limitación a filmes extranjeros. -- EXCELSIOR