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Dentro de unos días ya estará disponible el libro Hurricanes blues, voces desde la cárcel, una de las experiencias más interesante e intensas desde hace más de 10 años que asisto a los centros penitenciarios de San Luis Potosí.
00:06 viernes 16 octubre, 2020
Colaboradores
Dentro de unos días ya estará disponible el libro Hurricanes blues, voces desde la cárcel, una de las experiencias más interesante e intensas desde hace más de 10 años que asisto a los centros penitenciarios de San Luis Potosí. Les cuento: en julio de 2019 llegamos al Centro de Reinserción Social número 1 (CERESO), conocido como La Pila, después de diez aduanas en las que debimos identificarnos cada vez y explicar el motivo de nuestra presencia, pisamos las profundidades del área varonil del principal centro penitenciario de San Luis Potosí. Nos ubicamos en las instalaciones de la Biblioteca, Ahí iniciaríamos un taller de creación literaria. En general, en los centros penitenciarios, los hombres tienen más opciones de trabajo, de carpintería, de ejercicio, pero pocas alternativas de creación artística como recurso para la reinserción. En la zona de varones se concentra un 95% por ciento de la población penitenciaria, con distintos tipos de delitos, federales, locales, desde los más graves hasta el robo simple. En mayo de 2019 integrantes de Renace Capítulo San Luis Potosí acudimos al CERESO, las autoridades penitenciarias le plantearon a la organización la solicitud para que ampliara su proyecto de reinserción a la población penitenciaria en general. La idea era iniciar, como se hace en otras prisiones del mundo, con un modelo de reinserción que vislumbrara la narrativa en un programa de escritura creativa, buscando desarrollar el diálogo, la expresión de las ideas y las capacidades de los participantes El maestro Óscar Montero García accedió a impartir el taller, Director de la Coordinación Académica en Arte de la UASLP, profesor con amplia experiencia, literato, productor y director de proyectos cinematográficos documentales y de ficción; en esta aventura también participó Aldo Patlán, joven productor, narrador y profesor de artes visuales. Las voces que el lector escucha adentrándose al texto son las de Óscar Montero, quien inicia con su texto y la cierra el libro la narración de Aldo Patlán Rodríguez. El cuerpo de la obra está compuesto por relatos muy variados, reflexiones, cartas, testimonios, crónicas, novelas cortas, escritos por hombres internos en el CERESO número 1 de San Luis Potosí. Cada sábado, aprendimos a apreciarlos, escucharlos, leerlos. Las condiciones de internamiento son complejas, se ven sus uniformes, pantalón de color beige, camisa o playera blanca, muchos de ellos raídos, descoloridos, diariamente utilizados. Casi todos están tatuados, como hombres ilustrados, las imágenes son fuertes, las figuras hablan por ellos de sus historias, amores, recuerdos, miedos, sueños, divas y dioses. Cuando uno ingresa al centro penitenciario, el concepto y percepción de los que llaman delincuentes cambia, se humaniza, sus ojos, su vida, son como las de muchos mexicanos, desprovistos de futuro, esperanzas, quebranto de patrones amorosos y pacíficos para resolver conflictos. Les faltaron los abrazos, sobraron los golpes. Son hijos de sueños sin anhelos, en su mayoría, vástagos putativos de un sistema que nunca los protegió. Para algunos, su refugio fueron las drogas, o simplemente se volvieron víctimas de sus propios actos, los hay acusados injustamente, los hay perversos en redención, también nos encontramos con esas tristes historias de quienes simplemente no encontraron el camino de regreso a casa y van de prisión en prisión. Impartir un taller a hombres que están tallados en la rudeza no es sencillo, es complejo lograr que articulen palabras, textos, historias con principio y fin. Fueron sesiones de trabajo intensas, para ellos y nosotros, El título de este libro se inspira en la emblemática y conmovedora canción de Bob Dylan, Hurricane, que habla de Rubin Hurricane Carter, un boxeador injustamente encarcelado en 1966 y condenado a cadena perpetua por tres homicidios que no cometió en Estados Unidos, una época terrible en la lucha por los derechos civiles. Bob Dylan lo fue a visitar a la cárcel y escuchó su historia. Armo una gira donde cada vez cantaba y sonaba más fuerte Hurricane. El boxeador salió de la cárcel 20 años después, gracias a la acción de un grupo de abogados que creyeron en su inocencia, consiguieron que un fiscal federal tomara el caso, y demostrara que la fiscalía había actuado de mala fe y discriminadamente. Carter se convirtió en defensor de los derechos humanos de negros en prisión. Así murió en 2004, siendo libre. Y tú ¿qué opinas? @Pfloresblavier